De éstas, Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris concentran un 80% de los slots, que se traduce en una presencia más amplia con el cese de operaciones de Interjet, que era el segundo mayor jugador en términos de horarios antes de su cese de operaciones, en diciembre de 2020.
Aunque los slots de Aeromar podrían parecer pocos –pues concentran apenas un 3% del total–, en términos relativos no son espacios nada despreciables, pues la aerolínea regional es la cuarta más grande en términos de horarios en el aeropuerto.
Aeromar tenía asignadas más franjas horarias que algunas de las aerolíneas más grandes del mercado, como las estadounidenses United Airlines, American Airlines y Delta Airlines, que tuvieron un fuerte repunte en su demanda a partir de la pandemia y la degradación a categoría 2 de la seguridad aérea.
Los horarios que quedan desocupados cobran relevancia en un aeropuerto saturado, y de operaciones limitadas. En agosto del año pasado, el AICM y las aerolíneas acordaron una reducción de 15% en el tope de operaciones por hora, que pasó de 61 a 52 vuelos para la temporada de invierno, que probablemente se extenderá a la temporada de verano de este año, según las propias autoridades y aerolíneas.
“Lo más probable es que las aerolíneas no se vayan a esperar, pues ya pueden solicitar –si no es que ya lo hicieron– la asignación de los slots. Al final de cuentas, todas las empresas que acreditan con los requisitos establecidos en las bases pueden hacerlo”, dijo Juan Carlos Machorro, socio especialista en derecho aeronáutico de la firma Santamarina + Steta.
Los horarios que quedarían liberados se sumarían a los mostradores que Aeromar tenía en la Terminal 2, aunque su uso por parte de otra aerolínea podría demorar más, pues actualmente están tomados por los trabajadores, que estallaron ayer en huelga como parte de un acto simbólico, pero protocolario para rematar los bienes disponibles y cobrar alrededor de 100 millones de pesos que la empresa quedó a deber.
De momento, también queda pendiente la liberación de slots por parte de las aerolíneas de carga, que, por decreto, saldrán del AICM para finales de abril. Sin embargo, las operaciones de las cargueras concentraron apenas un 3% del total en 2022, por lo que su impacto será poco en términos del propósito inicial del gobierno federal, que es aliviar la saturación del aeropuerto capitalino.
“Cuando menos en el corto plazo, no se ve la posibilidad de que se liberen más horarios (…) La carga se opera de madrugada, fuera de los horarios de saturación, sobre todo con operaciones de pasajeros. Ahí no habrá mucho”, concluyó Machorro.