De acuerdo con el Artículo 386 de la Ley Federal del Trabajo, un CTT es “el convenio celebrado entre uno o varios sindicatos de trabajadores y uno o varios patrones o uno o varios sindicatos de patrones, con objeto de establecer las condiciones según las cuales debe prestarse el trabajo en una o más empresas o establecimientos”.
Héctor de la Cueva, coordinador general del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas), coloca los CTT como la razón de ser de los sindicatos, al significar un canal de comunicación de bilateralidad con las empresas, puesto que por dicha vía, es por la que se negocian anualmente los salarios, las prestaciones y los aguinaldos, pero esto no es nuevo.
Aunado a las disposiciones de la reforma laboral, el 1 de julio de 2020 entró en vigor el T-MEC en sustitución del TLCAN, el acuerdo comercial sostenido por América del Norte y que, por primera vez, en su Artículo 23 y Anexo, establecía nuevas libertades de representatividad laboral, como la elección de un sindicato. En caso de no seguir las disposiciones, se creó el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida para dar seguimiento.
“Una vez que se venza el plazo para la legitimación podría perderse la contratación colectiva, lo que sería un retroceso para lo que marcaba la reforma laboral. De perderse, se dejaría de lado esa comunicación bilateral para pasar a una completamente unilateral en donde la empresa negocia de forma directa con el trabajador”, añade de la Cueva.
De acuerdo con cifras del CFCRL, solamente han sido legitimados hasta el momento 13,659 CTT de un universo estimado de 139,000 que existen en el país. La cifra significó solamente un incremento de 0.8% del total en comparación con hace mes y medio.
Desde la perspectiva de Willebaldo Gómez, quien fue asesor del Sindicato Independiente Nacional de los Trabajadores y Trabajadoras (SINTTIA) en la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, y es experto en temas laborales, pasar a una contratación individual significaría una “contratendencia” al objetivo de la reforma laboral, que buscaba una mayor libertad sindical, democracia y transparencia para las condiciones de los trabajadores en el país.
“Al no tener la cobertura que da el gremialismo al trabajador, prácticamente queda en una indefensión; es decir, el trabajador mexicano estará compitiendo, tratando de defender sus condiciones frente a una gran corporación o un patrón que excede en mucho su condición económica, lo que sería difícil proponer mejoras sustanciales”, argumenta.