Uno de los principales objetivos del proyecto de la Red Compartida es llevar servicios de conectividad a zonas de menos de 5,000 habitantes, un espectro social que ha quedado fuera del alcance de los grandes operadores de telecomunicaciones al no considerarlos "mercados rentables".
La ASF detalló que el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel), ente encargado de vigilar el despliegue de Altán, no emitió una determinación respecto a la petición de la empresa de modificar las fechas de sus hitos de cobertura, “por lo que se desconoce el calendario con el cual el organismo tiene que dar seguimiento a sus labores de supervisión”.
La ASF también reportó que la ampliación del contrato de Asociaciones Público Privadas (Promtel-Altán) por 40 años, es decir hasta 2057, representaría un riesgo debido a que Promtel no ha realizado un análisis exhaustivo que permita verificar si las condiciones tecnológicas planteadas originalmente en el proyecto seguirán vigentes para ese momento y no se volverán obsoletas, en comparación con la tecnología puesta en el mercado que puede ofrecer el mismo servicio.
Michel Hernández Tafoya, abogado especializado en el sector y director general de Observatel, la ampliación de la vigencia corresponde más a una necesidad de viabilidad financiera que al objetivo de conectividad. "Está claro que Altán se basará en los hitos que le favorezcan más y si el IFT ya le dijo que puede aplazarlos hasta 2028 ellos se basarán en esa fecha porque es evidente que no pueden existir dos calendarios”, comenta el especialista.
Para Tafoya, la falta de claridad en el avance de la meta obedece a las modificaciones que se han tenido a partir del rescate de Altán por parte del sector público. "Todo esto habla de cómo se ha ido desnaturalizando el proyecto inicial de una red compartida mayorista a lo que vemos hoy (...). No es lo mismo que el dinero lo haya puesto inicialmente un privado a que ahora haya dinero de la banca de desarrollo", apunta el director de Observatel.
Actualmente, los tres grandes operadores de telecomunicaciones del país, Telcel, AT&T y Telefónica han dado el salto al 5G para que en sus respectivas redes converjan nuevos servicios y desarrollos tecnológicos para las industrias que buscan su automatización y así eviten quedarse sólo como proveedores de conectividad para usuarios, pero esta transición puede poner en aprietos a Altán Redes.
La empresa encargada del proyecto Red Compartida, y que tiene una de las más grandes redes mayoristas en el país, ha mostrado interés por migrar a la quinta generación en redes pero esto implicaría hacerse de más espectro, cuyo insumo es costoso en el país. Hasta ahora ofrece servicios 4.5G, lo que puede restarle atractivo para arrendar su infraestructura, la principal fuente de ingresos para la compañía.