A pesar de que disminuyó, la deuda financiera de Pemex cerró el año pasado en 107,700 millones de dólares. La petrolera depende fuertemente de los apoyos gubernamentales aunque dijo que durante los últimos trimestres no ha recibido ese auxilio.
Sin embargo, Moody's considera que el Gobierno seguirá financiando las necesidades de efectivo de Pemex, además de ayudarla a cumplir con el pago de sus amortizaciones de duda de 4,600 millones de dólares en 2023, 10,900 millones de dólares el próximo año y 4,900 millones de dólares en 2025.
"Dado que es probable que los fundamentos financieros subyacentes de la compañía sigan deteriorándose en un escenario de falta de cambios en el modelo de negocio actual, Moody's prevé que, a la próxima administración le resultará cada vez más difícil replicar lo observado en los últimos años", sostuvo.
A mediados de 2024 se realizarán elecciones presidenciales para escoger al sucesor del mandatario Andrés Manuel López Obrador, quien asumirá el cargo a fines de ese año. Morena, el partido de gobierno, se perfila como el probable ganador, según diversas encuestas.
Por otro lado, Moody's estima que, dada la incapacidad de Pemex para invertir grandes sumas de capital en exploración y producción, en 2023 y 2024 la compañía mantendrá su producción y reservas en niveles actuales.
"Si bien un alza de la calificación es poco probable en el corto plazo, la perspectiva podría volver a estable gracias a la recuperación de la confianza en la capacidad de Pemex de implementar una estrategia que mejore su desempeño financiero y operativo a mediano plazo", adelantó la calificadora.