La semana pasada, cuando la huelga se extendió a 38 centros de distribución, se estimó que esto resultaría en una pérdida de 76 millones de dólares por semana, lo que representaba el 0.1% de las exportaciones nacionales hacia el país vecino del norte.
Eric Ramírez, director para América Latina de la consultora Urban Science, subraya que a medida que la huelga se extiende a más plantas y áreas del negocio, inevitablemente tendrá un impacto en términos de la manufactura en México.
"Es muy probable que se produzcan interrupciones en las cadenas de suministro de partes y componentes desde Estados Unidos hacia México, afectando la producción en un sector que depende en gran medida de la exportación, representando aproximadamente el 90% de su destino. Desde una perspectiva económica, es seguro que esta huelga tendrá repercusiones significativas", detalla.
Según la opinión de diversos expertos consultados por Expansión, las repercusiones también se extenderían al mercado mexicano, ya que el sector automotriz suele tener un inventario reducido de piezas y vehículos con el objetivo de ser más eficientes.
Para Gerardo San Román, director de Checkmark, esto va a tener un impacto, no solo en los suministros de componentes, sino también en el inventario de vehículos nuevos, especialmente de aquellos que son más rentables para las marcas. "La preocupación radica en qué recursos tendrán para ofrecer en el mercado mexicano, ya que cualquier capacidad adicional seguramente será absorbida por otros jugadores", dice San Román.
"Dado que se trata de marcas prominentes, esta situación podría favorecer de alguna manera a los vehículos seminuevos, o incluso abrir la puerta a la competencia china debido a la escasez de inventario que muchas marcas experimentarán", añade.
De acuerdo con datos proporcionados por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, la venta de los vehículos afectados por la huelga en Estados Unidos representa el 2.9% del total de ventas en el mercado automotriz mexicano.