El Gobierno de México detalló en un comunicado emitido la semana pasada que las tarifas aeroportuarias no habían sido actualizadas desde el año 2000, a pesar de los continuos cambios en el sector de la aviación y las dinámicas económicas a nivel global y local.
"(Ahora) los propios aeropuertos buscarán recuperar estos costos de alguna manera. Su principal cliente son las aerolíneas y si les aumentan las tarifas, estas se verán presionadas a responder. Aquí radica el problema. A pesar de que los grupos aeroportuarios gozan de buena salud financiera, la situación es diferente para las aerolíneas", añade Herrera en una entrevista con Expansión.
Además de las recientes modificaciones, en el sector se observan otros factores que están erosionando los beneficios de los participantes, como la inflación, que está reduciendo los márgenes de ganancia, el aumento en los salarios mínimos y, ahora, la posible reducción de la jornada laboral también genera preocupación.
Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), destaca que "estos son temas que verdaderamente nos preocupan", ya que el aumento en las tarifas aeroportuarias afectará la inversión destinada al mantenimiento de los aeropuertos o a proyectos futuros.
"Estos negocios se basan en una visión a largo plazo, donde se proyectan ingresos para evaluar la rentabilidad y el crecimiento futuro... Este posible crecimiento o mantenimiento se ve amenazado. Estos son asuntos críticos que deberían ser objeto de discusión y no ser impuestos unilateralmente", agrega en una conferencia de prensa.
Desde la perspectiva de Julio Zugasti, un especialista en el sector de Hogan Lovells, el anuncio también tiene un impacto negativo en la disposición para abrir nuevas rutas o aumentar la frecuencia de vuelos, lo que plantea dudas sobre si realmente conducirá a una reducción en los precios de los boletos de avión.
"Hablando de la disminución de precios, no podemos afirmar automáticamente que sucederá. Debemos considerar diversos factores, como los destinos, la frecuencia de vuelos y otros aspectos, para evaluar si se producirá una reducción. Estamos en un entorno de oferta y demanda en constante cambio", explica en una entrevista por separado con Expansión.
Esta situación se presenta en un momento en el que el Gobierno mexicano busca impulsar los aeropuertos controlados por las fuerzas armadas, como el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), el Aeropuerto de Toluca, el Aeropuerto de Palenque, Chetumal y Tulum, así como revivir a Mexicana de Aviación, esta vez como una empresa estatal a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Herrera advierte sobre el riesgo de una falta de equidad entre las empresas estatales y los operadores privados al competir con aeropuertos y una aerolínea de propiedad estatal, mientras simultáneamente aumentan las tarifas a los proveedores de servicios aeroportuarios privados, un costo que probablemente será compartido en parte. Su preocupación radica en la posibilidad de que esta situación ejerza una presión financiera que las aerolíneas terminen trasladando al usuario final.