Shell ha decidido renunciar a la totalidad de las áreas que ganó durante 2018, todas ellas en aguas profundas del Golfo de México y localizadas frente a las costas de Tamaulipas.
Shell notificó al regulador de su intención de renuncia desde octubre pasado.
La petrolera ha argumentado como motivo de la renuncia que ha encontrado “calidad pobre en los yacimientos” y una prospección limitada. Todas las áreas estaban en la fase de exploración.
Uno de los principales factores que no dejaron a la compañía llegar a la fase de producción fue el espesor de la roca del yacimiento y la presencia de sal.
El regulador aún analiza si aplicará una penalización a la petrolera en dos de los cuatro contratos.
La renuncia de Shell se suma a la de otras compañías como Repsol, BP y Chevron, que no han encontrado en las áreas que se adjudicaron las condiciones para producir crudo, como apuntaban sus planes cuando se abrió la industria en el país.