La demanda de litio crece a un ritmo más rápido que la oferta. Y el mundo podría experimentar un déficit del metal hacia 2030. En el escenario más conservador, según datos recopilados por la Universidad de Columbia, la escasez de litio podría ser de 300,000 toneladas de carbonato de litio equivalente. En el más adverso la insuficiencia superará las 750,000 toneladas.
La demanda de carbonato de litio crece entre 250,000 y 300,000 toneladas anuales. Ésta se ha triplicado desde el 2017 y podría multiplicarse por 10 rumbo a 2050, según las previsiones de la Agencia Internacional de Energía.
En un informe, la Universidad de Columbia dice que uno de los principales obstáculos para aumentar la producción de carbonato de litio yace en que algunos países –como Bolivia– poseen reservas que no son financieramente viables. “La limitada distribución geográfica de la producción de litio endurece el mercado a pesar de la abundancia del metal en la corteza terrestre”, dice el análisis.
Las concentraciones de litio más altas implican un menor gasto de capital por tonelada de producción.