La marca surcoreana Kia ha lanzado el sucesor de su popular hatchback Río. El modelo K3 de manufactura mexicana estará disponible en cuatro versiones, con precios que oscilan entre los 341,900 y los 461,900 pesos. Estas tarifas superan a las de su homólogo sedán, cuyas siete versiones van desde los 316,900 hasta los 458,900 pesos.
Esta diferencia de precios entre las versiones hatchback y sedán de un mismo modelo no es exclusiva de Kia, sino que es un fenómeno común en la industria automotriz que a menudo suscita preguntas entre los consumidores. ¿Por qué los hatchbacks, a pesar de tener un tamaño más compacto y menor capacidad de cajuela, tienden a tener precios más elevados que sus contrapartes sedán?
Por ejemplo, en el caso del K3, el sedán mide 4.55 metros de largo, mientras que el hatchback es más compacto con 4.2 metros. Además, la capacidad de la cajuela en el hatchback es de 390 litros, en comparación con los generosos 544 litros del sedán.
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¿Por qué los hatchback son más caros?
Manuel Álvarez, gerente de producto de Kia en México, proporciona tres razones principales para explicar esta discrepancia de precios. La primera de ellas obedece a los volúmenes de producción, ya que la fabricación de los hatchbacks suele ser menor en comparación con los sedanes, un factor que, siguiendo la lógica de las economías de escala, conlleva mayores costos de producción. En el caso del predecesor del K3, el Río, se produjeron 60,000 unidades de la versión sedán en 2023, mientras que del hatchback se ensamblaron sólo 22,000 unidades.
En segundo lugar está la complejidad del diseño y la fabricación de la "quinta puerta", la tapa trasera de la cajuela en un hatchback, que presenta formas más angulosas que la cajuela convencional de un sedán. Además, esta quinta puerta incorpora una ventana y un sistema hidráulico diseñados específicamente para este tipo de carrocerías, y que son más costosos que los mecanismos de una cajuela de sedán.
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Otra razón se relaciona con la orientación del hatchback hacia un público más joven y la proyección de una imagen más deportiva. Debido a ello, estos vehículos suelen incorporar un mayor nivel de equipamiento en comparación con los sedanes. Por ejemplo, el K3 hatchback incluye un quemacocos, spoiler trasero, barras de techo, características que no se encuentran en ninguna de las versiones del sedán.
A pesar de estas diferencias, tanto la carrocería sedán como. lahatchback comparten la misma plataforma mecánica, utilizando un motor de 1.6 litros y 121 hp, así como un motor de 2.0 litros y 150 hp para la versión más deportiva, el GT Line. Ambos están acoplados a una transmisión automática de seis velocidades.
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Un hatchback con look de crossover
Kia tiene la expectativa de comercializar 60,000 unidades al año de su nuevo modelo K3, distribuyendo aproximadamente 45,000 unidades en la versión sedán y 15,000 en la versión hatchback. Si logra alcanzar estas cifras, el modelo se consolidará como el más vendido en su segmento, desbancando a rivales como el Suzuki Swift, que lideró las ventas en 2023 con 12,000 unidades, seguido del Seat Ibiza con 8,000 unidades y el Mazda 2 hatchback con poco más de 7,000 unidades, según datos de Inegi.
Rubén Hoyo, gerente nacional de relaciones públicas de Kia en México, expresó su confianza en alcanzar esta cifra, destacando la flexibilidad de la planta de Pesquería y la posibilidad de ajustar el volumen de producción según la demanda del mercado.
Con la llegada de la nueva generación de K3 hatchback, especialmente la versión GT Line, ofreciendo una apariencia más elevada y características de un crossover, como las barras en el techo, Kia tiene la mira puesta en atraer a aproximadamente 30,000 clientes que buscan vehículos pequeños con un estilo SUV, como Mazda CX-3 y Toyota Rize.
“Contamos con la capacidad de dirigirnos hacia ese segmento en cierta medida, es decir, procurar atraer a clientes a los que el modelo Río anterior no habría podido captar”, dijo Hoyo.
