El regulador ha impuesto dos condiciones principales: que las plantas sean "operadas de manera independiente en el mercado" y que no se intercambie información sensible entre los competidores. El gobierno había informado que la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) será quien opere los activos propiedad de Iberdrola. La Cofece no especificó si el primer punto de las condiciones impedirá este último punto.
La Comisión también ha dicho que el Fonadin y sus partes involucradas en la operación "deberán reducir y mantener su inversión en un máximo de 51%". La compra de las 13 centrales de Iberdrola están valuadas en alrededor de 6,000 millones de dólares.
La resolución de la Cofece se ha dado después de tres días de discusión de la adquisición. La regulación federal establece que este tipo de operaciones sólo pueden hacerse si el organismo da su visto bueno. El regulador informó en un comunicado que las condiciones propuestas tienen como finalidad "garantizar que no se generen riesgos a la competencia".
La Secretaría de Hacienda aseguró en una nota de prensa que la Cofece ya había autorizado la operación. Para este último, el gobierno mexicano tendría que haber aceptado la serie de compromisos impuestos por el regulador, pero esto último no fue especificado. "La autorización establece compromisos para fortalecer el gobierno corporativo del vehículo de inversión, para asegurar que las centrales operen en el mercado eléctrico en condiciones de competencia, en beneficio de los consumidores, al mismo tiempo que el Estado mexicano recupera el liderazgo en la generación de energía eléctrica, meta que se fijó en la iniciativa de reforma constitucional", señaló la dependencia.
La operación deberá de cerrarse en los siguientes seis meses, según Hacienda.