La tasa de accidentes se situó en 0.8 por cada millón de vuelos, frente al 1.3 de 2022, y una media de 1.9 en los últimos cinco años, según la IATA. El riesgo de accidente mortal cayó a 0.03 por cada millón de vuelos, en tanto la media en cinco años es de 0.11 por millón.
Así, si una persona volase todos los días tardaría "103.239 años, de media, en sufrir un accidente mortal", explicó la asociación, ensalzando un año marcado por "los mejores resultados jamás obtenidos [...] según algunos criterios".
En total, la organización, que federa a 320 compañías que representan el 83% del tráfico aéreo de viajeros en todo el mundo, reportó 30 accidentes que ocasionaron daños por al menos un millón de dólares, o el 10% del valor residual.
El informe atañe a aeronaves de transporte regular o chárter, de viajeros o de flete, de más de 5.7 toneladas en el despegue, de hélices o con motor de reacción. Los aviones de negocios, de turismo o militares quedan excluidos de estas estadísticas.
En 2022, la IATA había dado cuenta de 42 accidentes, cinco de ellos mortales, con un total de 158 víctimas. En el periodo 2019-2023, la media anual fue de 38 accidentes, cinco de los cuales mortales, y 143 víctimas.
La mejora se logró pese a que el tráfico aéreo aumentó un 17% respecto al año anterior, con 37,7 millones de vuelos, una cifra aún inferior a los 46,8 millones de 2019, antes de la pandemia de covid-19.
El avión "continúa siendo el modo de transporte más seguro", se congratuló el director general de la IATA, Willie Walsh.
No obstante recordó que en el primer mes de 2024 ocurrieron "dos accidentes espectaculares", la colisión en tierra, seguida de un incendio, de un Airbus A350 de Japan Airlines en Tokio-Haneda (cinco muertos) y el desprendimiento, en pleno vuelo, de una puerta de un Boeing 737 MAX de Alaska Airlines.