Ford aspira a cuadruplicar las ventas de híbridos en los próximos años, según sus directivos. Ha reducido algunas de sus inversiones en vehículos eléctricos y ha retrasado la producción de esos modelos en Canadá y Estados Unidos.
Los automóviles híbridos, que tienden un puente entre los de gasolina y los eléctricos, han experimentado un aumento de la demanda en el último año, lo que ha llevado a los fabricantes a reducir su apuesta por los eléctricos.
Más que una tecnología de transición
Por otra parte, el jefe de Ford dijo el jueves que los vehículos eléctricos no deben ser subvencionados, y que los fabricantes deben estar presionando para producir de forma rentable los modelos de baterías rápidamente. "Creemos que tenemos que llegar a ese nivel de aptitud lo antes posible".
La compañía de Dearborn, Michigan, separó su división eléctrica y de software de sus operaciones de motores de gasolina en 2022, un movimiento que los ejecutivos sostuvieron que mejoraría la eficiencia en ambos segmentos.
Ford, que informa por separado de los resultados de las ramas de su negocio tras la reestructuración, ha pronosticado una pérdida de 5,000 a 5,500 millones de dólares en su negocio de vehículos eléctricos este año después de reportar una pérdida de 4,700 millones de dólares en 2023.
Farley y otros ejecutivos del sector automotor han dicho que el software y los servicios de suscripción serán las principales claves para obtener beneficios en el futuro.
El jefe de Ford, que considera que la tecnología de conducción autónoma es una de las mayores oportunidades de crecimiento para la automotriz, agregó que los competidores chinos han sido superiores en su enfoque para desarrollar software y servicios que atraigan a los clientes.
"La experiencia digital del consumidor chino está muy por encima de la occidental", reconoció. "Hay que tener una gran adecuación de costos y calidad para tener siquiera derecho a competir. Y eso no se define aquí, en Estados Unidos, sino en China", agregó.
Con una competencia tan feroz en el extranjero, Farley no cree que todas las automotrices sobrevivan. La mayor presión recaerá sobre las marcas de vehículos eléctricos que no ofrezcan motores de gasolina para aumentar sus beneficios, argumentó.