"Eres el mejor despidiendo", señaló Trump durante la conversación. "Quiero decir, miro lo que haces. Entras y dices: '¿Quieres renunciar? Hacen huelga -no mencionaré el nombre de la empresa-, pero hacen huelga. Y les dices: 'No pasa nada, se van todos'".
La UAW ha respaldado a la vicepresidenta Kamala Harris en su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, además de que se reunió con funcionarios sindicales y trabajadores la semana pasada cerca de Detroit.
"Tanto Trump como Musk quieren que la clase trabajadora se siente y se calle, y se ríen de ello abiertamente. Es repugnante, ilegal y totalmente predecible por parte de estos dos payasos", dijo el presidente de UAW, Shawn Fain.
La NLRB tiene un poder limitado para castigar las prácticas laborales ilegales. En los casos de amenazas ilegales, la junta puede ordenar a los empresarios que cesen y desistan de esa conducta y que coloquen avisos en el lugar de trabajo informando a los trabajadores de sus derechos. Los sindicatos también pueden utilizar las sentencias favorables de la NLRB para comprometer a los trabajadores que intentan organizar.
Fain presentó denuncias separadas contra Musk y Trump ante la NLRB, alegando que ambos hombres habían hecho declaraciones que sugerían que "despedirían a los empleados que participaran en actividades concertadas protegidas, incluida la huelga". Las denuncias no proporcionaban más detalles.
Las campañas de Harris y Trump no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios. Musk tampoco respondió a una solicitud de comentarios.
En otoño del año pasado, la UAW lideró una huelga de seis semanas contra las tres grandes automotrices de Detroit, en la que los trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis realizaron líneas de piquetes en todo el país.
El sindicato consiguió contratos récord, que incluían un aumento salarial general del 25% durante la vigencia del convenio, junto con ajustes por el costo de la vida. Según los ejecutivos de las automotrices de Detroit, las victorias equivalen a importantes gastos laborales, un reto añadido en su carrera por reducir costos para seguir siendo competitivos frente a Tesla.
Musk, que ha apoyado la candidatura de Trump a la presidencia, ha tenido numerosos encontronazos con la junta laboral. Su empresa de cohetes SpaceX está desafiando actualmente toda la estructura de la agencia en un par de demandas pendientes. Esos casos se derivan de quejas de la NLRB en las que se acusa a SpaceX de despedir a ingenieros que críticaron a Musk y de obligar a los empleados a firmar acuerdos de despido con condiciones ilegales.
En marzo, un tribunal de apelaciones de Estados Unidos confirmó una decisión de la NLRB que decía que Musk amenazó ilegalmente a los empleados de Tesla al tuitear en 2018: "Nada impide que el equipo de Tesla en nuestra planta de automóviles vote al sindicato (...) Pero, ¿por qué pagar cuotas sindicales & renunciar a opciones sobre acciones a cambio de nada?".
El fabricante de vehículos eléctricos se enfrenta por separado a acusaciones de la junta de que desalentó ilegalmente la sindicalización en una planta de ensamblaje de Buffalo, Nueva York. El año pasado, un tribunal de apelación anuló una decisión de la junta laboral que afirmaba que Tesla había infringido la ley al prohibir a los trabajadores de la fábrica llevar camisetas de la UAW.
