A pesar de esto, Gude reconoce que para ciertos segmentos del mercado, el quemacocos es un elemento que no puede faltar en un vehículo de alta gama. "Es un 'must'. Los clientes de Acura —la marca premium de Honda— esperan que el vehículo venga con una pantalla más grande, rines de mejor diseño y, por supuesto, el quemacocos". En otras palabras, se ha convertido en una característica aspiracional, incluso para aquellos que rara vez lo utilizan. No obstante, el quemacocos no está exento de desafíos.
Los retos técnicos y de seguridad
Desde un punto de vista técnico, su mantenimiento puede ser complicado. Gude menciona que "el mantenimiento preventivo generalmente se limita a la limpieza de los canales de drenaje, pero esto no siempre es suficiente". A medida que los vehículos envejecen, los conductos pueden obstruirse, lo que podría generar filtraciones, una preocupación constante para los dueños de autos con techo panorámico. Además del mantenimiento, los riesgos relacionados con la seguridad son otro punto a considerar.
Según Rubén Hoyo, gerente nacional de relaciones públicas de Kia, aunque la estructura de los vehículos modernos está diseñada para resistir el peso del coche en caso de vuelco, siempre existe un riesgo. “Si te vuelcas sobre una piedra, podría haber un mayor riesgo de que algo ingrese a la cabina a través del quemacocos", explica Hoyo. Pero recalca que estos riesgos son mínimos.
Desde el punto de vista de un especialista en carrocería de una marca alemana, los automóviles con quemacocos presentan un desafío adicional en las reparaciones.
“Esos son los que más problemas nos dan”, comentó durante un recorrido por un centro de entrenamiento. Las deformaciones estructurales que pueden generarse al tener una apertura en el techo complican los arreglos y, en algunos casos, pueden comprometer la resistencia del vehículo.
Pese a estos desafíos, el quemacocos sigue siendo uno de los accesorios más deseados. La razón es simple: es percibido como un símbolo de estatus.