El canadiense de 54 años, exjefe financiero de BP, ha intentado distanciarse del enfoque de su predecesor Bernard Looney, que fue despedido por mentir sobre las relaciones con sus colegas, prometiendo en cambio centrarse en los rendimientos e invertir en los negocios más rentables.
La empresa sigue persiguiendo el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
"Como dijo Murray a principios de año, la dirección es la misma, pero vamos a continuar como una empresa más simple, más enfocada y de mayor valor", dijo un portavoz de BP.
Auchincloss presentará su estrategia actualizada, incluyendo la eliminación del objetivo de producción para 2030, en febrero próximo a sus inversionistas, aunque en la práctica BP ya lo ha abandonado, dijeron las fuentes. No está claro si BP proporcionará nuevas directrices de producción.
Su rival Shell también ha desacelerado su estrategia de transición energética desde que el CEO Wael Sawan asumió el cargo en enero, reduciendo la escala de proyectos como la eólica marina, los biocombustibles y el hidrógeno.
El cambio en ambas empresas se produce tras una renovada atención a la seguridad energética europea tras la crisis de precios provocada por la invasión rusa de Ucrania a principios de 2022.
BP ha invertido miles de millones en nuevas empresas con bajas emisiones de carbono y ha reducido drásticamente su equipo de exploración de petróleo y gas desde hace cuatro años, en 2020. Sin embargo, los problemas de la cadena de suministro y el fuerte aumento de los costes y los tipos de interés han ejercido una presión adicional sobre la rentabilidad de muchas empresas de energías renovables.
Una fuente de la compañía dijo que mientras sus rivales habían invertido en petróleo y gas, BP había descuidado la exploración durante unos años.
De vuelta al Medio Oriente
BP está actualmente en conversaciones para invertir en tres nuevos proyectos en Irak, incluido uno en el campo de Majnoon, dijeron las fuentes.
BP posee una participación del 50% en una empresa conjunta que explota el gigantesco campo petrolífero de Rumaila, en el sur del país, donde ha estado operando durante un siglo.
En agosto, BP firmó un acuerdo con el gobierno iraquí para desarrollar y explorar el campo petrolero de Kirkuk en el norte del país, que también incluirá la construcción de plantas de energía y capacidad solar. A diferencia de los contratos históricos que ofrecían a las empresas extranjeras márgenes muy reducidos, se espera que los nuevos acuerdos incluyan un modelo más generoso de participación en beneficios, han dicho fuentes a Reuters.