El grupo automotriz Stellantis, que alberga marcas icónicas como Dodge, Chrysler, Jeep, y Ram, enfrenta desafíos para revitalizar las ventas de algunas de sus marcas más icónicas. Las ventas de sus marcas Chrysler y Dodge han registrado caídas drásticas en 2024, reflejando una crisis que se extiende por toda la región de Norteamérica.
A nivel local, Chrysler ha quedado en pausa tras el fin de la comercialización de la minivan Pacifica, y Dodge atraviesa una reestructuración en busca de regresar a sus raíces deportivas en un mercado que, por ahora, sigue permitiendo la comercialización de motores de combustión.
De acuerdo con los datos del Inegi más recientes, Stellantis ha experimentado un descenso en sus ventas totales en México, pasando de 70,664 vehículos vendidos en los primeros nueve meses de 2023 a 67,591 en el mismo periodo de 2024. Chrysler, en particular, ha reportado una caída del 100%, al no vender ninguna unidad en lo que va del año. Por su parte, Dodge también ha tenido un desempeño negativo, con una caída del 26% en comparación con el mismo periodo del año anterior, la segunda caída más pronunciada después de Chrysler.
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El plan de Stellantis para revitalizar Dodge en México
Ante este escenario, Stellantis ha optado por replantear su estrategia para Dodge en México, donde la marca busca regresar a una esencia deportiva que la distinga en el mercado. La compañía apuesta por reposicionar la marca Dodge hacia un público que aprecia el alto rendimiento, aprovechando que el mercado mexicano aún permite la venta de modelos con motores de combustión. “Dodge es una marca de alto desempeño, y queremos llevar esa emoción a segmentos donde tradicionalmente no la habíamos tenido”, dijo a principios de octubre Carlos Quezada, CEO de Stellantis México.
Este esfuerzo se enmarca en un contexto donde Stellantis sigue preparando su estrategia para afrontar la caída en ventas a nivel regional y asegurar la continuidad de incentivos hasta fin de año, con la esperanza de estabilizar sus cifras.
Dodge ha sido una marca destacada en el mundo automotriz desde su fundación en 1900. En México, modelos como el Neon SRT4 y el Viper aún resuenan entre los aficionados a la marca, lo cual refleja una herencia de alto rendimiento que Stellantis está buscando retomar. Esta identidad se expresa también en su logotipo: dos líneas paralelas, que evocan las marcas dejadas en el pavimento por las llantas de un automóvil acelerando a toda velocidad.
“Mucha gente me pregunta si el logo de Dodge es así de simple, y la respuesta es sí, pero el significado es poderoso”, comentó Rafael Paz, director de Dodge en México. “Esas dos rayitas encapsulan todo el performance y la esencia de la marca”, agregó.
Un ejemplo de esta evolución es el Dodge Attitude, un modelo que en el pasado se asoció con la eficiencia de combustible. Ahora, en su cuarta generación, el Attitude adopta un estilo más deportivo, con un diseño musculoso y características de alto desempeño, como un botón para intensificar el sonido del motor en el modo Sport y una versión GT con llantas de alto desempeño y volante deportivo. Quezada resalta la importancia de esta estrategia: “Estamos apostando por un nuevo Dodge Attitude que traerá emoción a un mercado que ha sido ‘aburrido’ en términos de deportividad”.
El reto de la electrificación
En la región, la electrificación plantea un reto significativo para Dodge, una marca tradicionalmente asociada con muscle cars y sedanes de alto rendimiento. A medida que la industria automotriz transita hacia vehículos eléctricos, Dodge se enfrenta a la difícil tarea de adaptar su propuesta sin perder la lealtad de sus clientes.
En Estados Unidos, Dodge ha lanzado el Charger Daytona SRT, su primer muscle car eléctrico, que incluye un sistema de sonido artificial que imita el rugido de un motor tradicional, una estrategia orientada a atraer a sus consumidores más tradicionales, conocidos como “petrolheads”. Aunque el modelo aún no ha llegado al mercado mexicano, su lanzamiento está en estudio.