El anuncio probablemente más esperado está relacionado con el papel que jugarán las compañías privadas en las actividades de la estatal. Rodríguez Padilla fue claro y aseguró que la participación privada tendrá existirá para “compartir riesgos y complementar conocimiento y tecnología”, y que pronto darán a conocer “reglas claras que den certeza y conlleven a un reparto equitativo de riesgos y beneficios”.
¿Pemex Energía?
Los modelos de negocio en Pemex aún no están completamente definidos, según dos fuentes dentro de la petrolera. Sin embargo, tanto la administración de la compañía como la Presidencia ya han reconocido la necesidad de capital privado para sostener la producción de crudo y explorar nuevas líneas de negocio, como las energías limpias y la cogeneración, indican las mismas fuentes.
Se ha mencionado el nombre de Pemex Energía como una probable transformación de la petrolera estatal.
“Buscaremos expandir nuestras actividades hacia nuevas formas de energía sin descuidar la producción de petróleo y gas y productos derivados”, ha dicho Ramírez Padilla en esa conferencia. “Pemex tradicional será el cimiento en el que construiremos Pemex Energía, lo dotaremos de una cartera diversificada de proyectos de energía limpia, con apoyos de la iniciativa privada, electricidad de origen renovable, hidrógeno verde, amoniaco, los combustibles de síntesis y los materiales estratégicos se integrarán gradualmente en la cartera”.
La petrolera regresará a los trabajos en aguas profundas, terrenos de gran potencial petrolero, pero que se descartaron durante el sexenio pasado porque su tasa de éxito es muy bajo y los costos de exploración son altos. La inversión y el riesgo serían asumidos en compañía de las empresas privadas, según lo dicho en el conference call.
En cuanto a sus puntos claves para la producción de crudo, Pemex ha planteado los siguientes: los recursos prospectivos del Golfo de México profundo, las Cuencas del sureste y los campos en el norte de Veracruz.
En otras actividades, la administración de Sheinbaum Pardo ha decidido continuar con la producción de combustibles, pese a que la filial de Pemex encargada de esto produce cuantiosas pérdidas, que tan sólo en los primeros nueve meses han sumado pérdidas por 482,000 millones de pesos. De ahí es que ha salido la cifra de 1.8 millones de barriles diarios de producción de crudo porque, según sus cálculos, así podrán alimentar a los complejos de la estatal sin necesidad de importaciones.
También han dicho que se apoyarán en la operación de la refinería Dos Bocas, y el funcionamiento de las coquizadoras de Tula y Salina Cruz para aumentar la producción de combustibles. Y han abierto la posibilidad de aumentar las actividades en el sector petroquímico, al que también invitarían a inversionistas privados.
El mercado eléctrico
Sobre la estatal CFE las pistas son menos. Pero la estrategia se basará en lo aprobado recientemente en ambas cámaras del legislativo, referente a que la eléctrica nacional mantendrá el 54% del mercado de generación eléctrica. Sin embargo, no ha quedado claro cómo es que los privados podrían insertarse.
“No entendemos bien cómo van a operar los privados en ese 46% que tanto se habla y como se va a repartir el mercado eléctrico. No sabemos cómo podría ser eso compatible con un presupuesto tan ajustado de la CFE y cómo se permitirá que sigamos subsidiando las pérdidas de Pemex”, dice Ana Lilia Moreno, investigadora de México Evalúa.
La presidenta ha añadido las palabras desarrollo sostenible al término de soberanía energética que regirá su política energética. Esto último podría marcar un indicio de una mayor apuesta por la producción renovable.