"Las amenazas arancelarias generan incertidumbre en sectores estratégicos y ponen en riesgo millones de empleos que dependen del comercio entre los tres países. México, como socio comprometido, debe reafirmar su postura a favor del libre comercio y de un tratado sólido que siga beneficiando a todas las partes involucradas", agrega.
El organismo reconoció la respuesta del Gobierno de México, que ha reiterado su compromiso de defender los intereses nacionales frente a posibles medidas unilaterales. Sin embargo, COPARMEX advirtió que una guerra comercial tendría efectos devastadores para ambas economías, afectando sectores clave como la industria automotriz y manufacturera. Estas represalias no solo impactarían a las empresas, sino también a los consumidores en ambos lados de la frontera.
La vía diplomática: clave para resolver tensiones
COPARMEX subrayó que el diálogo y la diplomacia son las herramientas más eficaces para enfrentar este tipo de desafíos. La experiencia acumulada durante las negociaciones previas con la administración Trump, cuando se superaron tensiones similares, sirve como antecedente de la capacidad de los tres países para llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos.
En este sentido, el organismo llamó a aprovechar la revisión del T-MEC prevista para 2026, cuyo proceso dará inicio el próximo año, como una oportunidad para consolidar a Norteamérica como la región más competitiva del mundo.
Según COPARMEX, el objetivo no debe limitarse a mantener el tratado vigente, sino evolucionarlo para adaptarse a los desafíos económicos actuales y futuros, generando beneficios para grandes industrias y pequeñas y medianas empresas (pymes).