Ante la incertidumbre, Lamborghini acelera con más exclusividad y emoción
Stephan Winkelmann llegó a México como parte de su gira por América para presentar el Urus SE. Además de reuniones con clientes y distribuidores, el CEO aprovechó para discutir temas clave.
En un salón privado del Hotel Ritz, en Paseo de la Reforma, Stephan Winkelmann, CEO de Lamborghini, se acomoda en su asiento. Son las 4:45 de la tarde y frente a él, diez periodistas especializados en negocios esperan con preguntas listas. Junto a Winkelmann, Federico Foschini, Chief Marketing and Sales Officer, y Andrea Baldi, CEO de Lamborghini Americas, visten trajes azul oscuro y camisas blancas, reflejo del estilo italiano: sofisticación sin estridencias.
Winkelmann no llega solo para esta charla. Su visita a México coincide con el lanzamiento del Urus SE, la nueva versión híbrida enchufable del SUV de la marca. México es una parada clave en su recorrido por América, pero hoy el foco de la conversación se aleja por momentos de los autos y gira en torno a los aranceles que el presidente estadounidense, Donald Trump, impone y amenaza con una frecuencia desconcertante.
Estados Unidos representa casi un tercio de las ventas de Lamborghini, con 3,000 unidades entregadas de un total de 10,687 en el último año. Sin embargo, el gobierno estadounidense busca aumentar los aranceles a los autos europeos, que actualmente son del 2.5%. Las cifras cambian constantemente, pasan del 25% a tasas del 10% o 7.5%, lo que genera incertidumbre al otro lado del Atlántico. “Evaluamos diferentes escenarios”, dice Winkelmann con calma, mientras Foschini asiente a su lado. “Cada día surge una noticia nueva, y esto crea incertidumbre en los inversionistas y en el mercado de lujo en general”.
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Los directivos, sin embargo, insisten en que no hay planes de trasladar la producción fuera de Italia. Lamborghini es, ante todo, exclusividad. Cada auto se ensambla en Sant’Agata Bolognese, con procesos artesanales que no permiten la deslocalización. Winkelmann es categórico: “No existe lugar para una producción en Estados Unidos”. Paradójicamente, la estrategia de la marca se basa en la escasez: cada Lamborghini vendido hoy se entrega en año y medio, lo que mantiene el valor residual alto y refuerza el aura de deseo alrededor de la marca.
La tensión política entre Europa y Estados Unidos es solo uno de los retos que enfrenta Lamborghini. La electrificación es otro ineludible. La marca tiene modelos híbridos enchufables y trabaja en un primer modelo completamente eléctrico programado para finales de la década. “Nuestros clientes buscan más desempeño y menos emisiones, eso es lo que entregamos”, explica Winkelmann. El feedback de sus apuestas es positivo, aunque reconoce que en el segmento de superdeportivos la transición hacia la electrificación completa avanza más lento que en el mercado masivo.
“Trabajamos en mantener la emoción de conducir un Lamborghini, incluso en la era eléctrica”. La empresa invierte en tecnología para reducir peso, mejorar el rendimiento y garantizar que la transición no afecte la experiencia de manejo. “La clave es que el auto siga transmitiendo emociones”, dice con convicción.
El tema del fin de los incentivos gubernamentales en Estados Unidos para autos eléctricos surge en la conversación, pero los ejecutivos de Lamborghini no lo ven como un factor relevante. “Los incentivos suelen aplicarse a autos de ciertos segmentos de precio, y nosotros no formamos parte de ese juego”, comenta Winkelmann con una sonrisa.
El Urus SE es una iteración híbrida enchufable del SUV y representa la visión de Lamborghini en electrificación. “Este modelo combina desempeño y electrificación sin perder el carácter de la marca”, dice Winkelmann. La respuesta del mercado mexicano parece positiva, con varias unidades vendidas antes de su lanzamiento oficial.
Urus SE, un SUV híbrido enchufable, llega a México. (Cortesía )
Según los directivos, México muestra un crecimiento constante. En el último año, la marca vendió 82 autos en el país, con los que acumula 536 unidades. Aunque es un mercado menor comparado con Estados Unidos, Europa o Asia, Lamborghini ve potencial en el mercado mexicano. “Aquí no se trata solo de vender autos, sino de construir una comunidad de clientes”, explica Andrea Baldi. Los compradores de Lamborghini en México buscan más que un auto, quieren pertenecer a un círculo exclusivo, con experiencias diseñadas para ellos.
La conversación toma un giro inesperado cuando un periodista menciona la creciente competencia de los fabricantes chinos. En el segmento de lujo, las marcas europeas dominan por décadas, pero en el mercado global la influencia china crece. ¿Podrían los fabricantes chinos amenazar a Lamborghini en el futuro? “No vemos un impacto en nuestro segmento”, responde Winkelmann. “Los fabricantes chinos se enfocan en autos eléctricos más asequibles. Lamborghini tiene una identidad y un ADN que resultan difíciles de replicar”.
Foschini añade que la estrategia de Lamborghini consiste en mantenerse fiel a sus principios: diseño inconfundible, desempeño extremo y exclusividad. “No corremos detrás de los picos de demanda. No inflamos el mercado un año para sufrir las consecuencias al siguiente”, explica. Es un modelo de negocios basado en el control y la previsión, una estrategia que hasta ahora funciona bien.
Los directivos reconocen que el mercado de autos de lujo cambia con el tiempo. La pandemia alteró los hábitos de consumo y, aunque la demanda se recupera, los clientes buscan experiencias más exclusivas. “El lujo evoluciona, pero la esencia de Lamborghini sigue intacta”, explica Foschini.
En el caso de México, Baldi destaca que la marca observa un perfil de cliente cada vez más joven. “Muchos de nuestros compradores en el país pertenecen a una nueva generación de empresarios y creadores de contenido digital”, dice. Este cambio obliga a la marca a ofrecer experiencias personalizadas y eventos que refuercen el sentido de exclusividad.
Lamborghini también apuesta por fortalecer su presencia en la región. Aunque México lidera el mercado latinoamericano, otros países comienzan a mostrar interés creciente. “Brasil y Chile presentan cifras alentadoras, pero México aún es nuestro foco en la región”, afirma Baldi.
Antes de cerrar la reunión, surge una pregunta sobre la estrategia de crecimiento en México. ¿Puede Lamborghini incrementar sus ventas aquí? Baldi responde con cautela: “No corremos en una carrera por los números. No buscamos vender 100 autos un año y bajar al siguiente. Se trata de estabilidad y exclusividad”.
Winkelmann menciona que la personalización será clave para atraer clientes. “Cada Lamborghini es único. Eso es lo que nos diferencia”, dice. La compañía invierte en opciones de personalización que permiten a cada comprador diseñar su auto a medida. Hoy, alrededor del 17% de los vehículos vendidos están configurados a medida.
La charla concluye con una reflexión sobre el futuro de la marca. La incertidumbre arancelaria, la electrificación y la competencia son factores que ninguna marca puede ignorar. Pero Winkelmann mantiene la serenidad. “El lujo es atemporal. Siempre existirán quienes busquen un auto que no solo sea rápido, sino que despierte emociones. Y ahí es donde nosotros jugamos”.