La AFAC aclaró que esta medida es temporal y estará vigente “hasta en tanto prevalezcan las condiciones” señaladas en el estudio de Seneam, el cual analiza las limitaciones del espacio aéreo para determinar la viabilidad del incremento.
Durante la temporada invernal de 2022, el AICM operaba con 63 vuelos por hora, pero fue entonces cuando se aplicó la primera reducción significativa, bajando esa cifra a 52. Apenas unos meses después, a principios de 2023, se llevó a cabo un segundo recorte más severo, que redujo el límite operativo a solo 43 vuelos por hora. El argumento oficial en ambos casos fue el reordenamiento del espacio aéreo y la necesidad de descongestionar el AICM.
Esta nueva disposición representa un giro frente a las decisiones tomadas durante la administración pasada, en la que se buscó limitar las operaciones del AICM para canalizar vuelos hacia el AIFA, ubicado en Zumpango, Estado de México. Sin embargo, la demanda de pasajeros y la saturación persistente del AICM obligaron a reconsiderar dicha estrategia, especialmente ante las dificultades logísticas y de conectividad que enfrenta el aeropuerto alterno.
Actualmente, el AICM se encuentra en un proceso de remodelación que incluye obras tanto en la Terminal 1 como en la Terminal 2, además de trabajos en la infraestructura del área de plataformas y pistas. La AFAC señaló que cualquier incremento futuro en las operaciones dependerá del “previo cumplimiento en el programa maestro de desarrollo” y de una evaluación continua sobre las condiciones técnicas y de seguridad del lado aire y tierra.
La reactivación paulatina de operaciones también podría impactar positivamente en las aerolíneas nacionales, que han tenido que reorganizar sus rutas y horarios desde la implementación de los recortes. En particular, Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus han buscado mantener su presencia en el AICM, el aeropuerto con mayor tráfico de pasajeros del país, por encima de los 42 millones anuales antes de la pandemia.
Aunque el ajuste es mínimo —una operación adicional por hora—, marca un posible cambio de enfoque en la política aeroportuaria del nuevo gobierno. La medida abre la puerta a futuras ampliaciones que podrían recuperar parte de la capacidad que el AICM tenía antes de los recortes, mientras continúa el debate sobre cómo equilibrar la operación eficiente del principal aeropuerto del país con el desarrollo de infraestructura alterna como el AIFA.