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Las lecciones que deja el caso de Adidas con los huaraches Oaxaca Slip-On

El acercamiento con autoridades de cultura y los líderes de las comunidades indígenas son primordiales cuando alguna empresa se inspira en alguno de sus productos de tradición milenaria.
vie 22 agosto 2025 09:58 AM
La polémica por los tenis Oaxaca Slip-On de Adidas revela un vacío legal en la protección cultural
Karen González, Directora Legal y Cumplimiento de Adidas México, conversa con un artesano junto al alcalde de Villa Hidalgo Yalalag, después de que la compañía se disculpara por el 'Oaxaca Slip On', un diseño que pertenece a una comunidad indígena oaxaqueña.

El caso de los tenis Oaxaca Slip-On de Adidas, en colaboración con el diseñador Willy Chavarría, desató un fuerte revuelo. Activistas, defensores de comunidades indígenas y autoridades mexicanas acusaron a la compañía de apropiación cultural, lo que llevó a la marca a comprometerse a reparar el daño. Incluso, sus representantes en México sostuvieron un encuentro con la comunidad involucrada.

Chavarría presentó las zapatillas en sus redes sociales el 4 de agosto. La reacción no se limitó a los señalamientos de plagio: también se cuestionó el impacto en el trabajo artesanal de Villa Hidalgo Yalálag, comunidad a la que pertenece el diseño original. Otro punto de crítica fue el hecho de que los tenis fueron fabricados en China, lo que añadió un elemento de contradicción al discurso de inspiración cultural.

Este episodio se suma a una lista de controversias similares. Marcas como Zara y Anthropologie han sido señaladas anteriormente por el uso indebido de textiles y bordados de comunidades indígenas mexicanas. En esos casos, la Secretaría de Cultura envió cartas de reclamo por el empleo de patrones originarios de la comunidad mixteca de San Juan Colorado y de la comunidad mixe de Santa María Tlahuitoltepec, ambas en Oaxaca.

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Para Efraín Olmedo Velázquez, abogado experto en propiedad intelectual y activos culturales, la discusión sobre apropiación cultural es particularmente compleja. Explica que, mientras la propiedad intelectual convencional depende de registros formales —como derechos de autor, patentes o marcas—, en el caso de las comunidades indígenas el marco legal es distinto.

A diferencia de otros activos, las artesanías y expresiones tradicionales generan derechos colectivos de exclusividad que no se asignan a un individuo, sino a la comunidad en su conjunto. Además, no requieren un registro específico para estar protegidas legalmente.

Olmedo Velázquez detalla que estas comunidades cuentan con el respaldo de la Ley Federal del Derecho de Autor, particularmente en los artículos 157 al 161, así como de la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas.

“La Ley Federal de Derecho de Autor protege las obras materializadas, mientras que la Ley de Protección del Patrimonio Cultural protege a la cultura como un ente intangible, que además ha trascendido durante siglos”, explica el especialista.

Los pasos para honrar a las comunidades indígenas mexicanas

El abogado destaca que cada vez más empresas buscan crear productos inspirados en la cultura mexicana, lo que, bien gestionado, puede abrir oportunidades de visibilización y beneficios para las comunidades. Sin embargo, subraya que deben cumplirse pasos concretos para hacerlo de manera responsable.

Entre ellos, menciona la necesidad de realizar estudios previos con asesoría de especialistas, así como una consulta formal con la Secretaría de Cultura para establecer un puente con la comunidad. También considera indispensable obtener la autorización escrita de los líderes comunitarios o garantes de la expresión cultural y explicar de manera clara los alcances de cada colaboración.

En caso necesario, añade, estas conversaciones deben realizarse con el apoyo de traductores, de modo que las comunidades comprendan plenamente los acuerdos y tengan voz en el proceso.

“Las empresas tienen que estar muy atentas cuando hacen este tipo de proyectos y buscar asesoría no solo legal, sino también de historiadores y sociólogos, lo que ayuda a construir una visibilización correcta de las comunidades”, señala Olmedo Velázquez.

El gobierno federal ha adelantado que trabaja en fortalecer la legislación para establecer sanciones claras contra la apropiación cultural indebida. Para el abogado, sin embargo, más que crear nuevas leyes, lo esencial es perfeccionar las ya existentes.

“La Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural es perfectible, pero una nueva ley no nos hace falta si todavía no hemos aclarado muy bien cuáles son las reglas del juego en este momento”, concluye.

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