Para Efraín Olmedo Velázquez, abogado experto en propiedad intelectual y activos culturales, la discusión sobre apropiación cultural es particularmente compleja. Explica que, mientras la propiedad intelectual convencional depende de registros formales —como derechos de autor, patentes o marcas—, en el caso de las comunidades indígenas el marco legal es distinto.
A diferencia de otros activos, las artesanías y expresiones tradicionales generan derechos colectivos de exclusividad que no se asignan a un individuo, sino a la comunidad en su conjunto. Además, no requieren un registro específico para estar protegidas legalmente.
Olmedo Velázquez detalla que estas comunidades cuentan con el respaldo de la Ley Federal del Derecho de Autor, particularmente en los artículos 157 al 161, así como de la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas.
“La Ley Federal de Derecho de Autor protege las obras materializadas, mientras que la Ley de Protección del Patrimonio Cultural protege a la cultura como un ente intangible, que además ha trascendido durante siglos”, explica el especialista.
Los pasos para honrar a las comunidades indígenas mexicanas
El abogado destaca que cada vez más empresas buscan crear productos inspirados en la cultura mexicana, lo que, bien gestionado, puede abrir oportunidades de visibilización y beneficios para las comunidades. Sin embargo, subraya que deben cumplirse pasos concretos para hacerlo de manera responsable.
Entre ellos, menciona la necesidad de realizar estudios previos con asesoría de especialistas, así como una consulta formal con la Secretaría de Cultura para establecer un puente con la comunidad. También considera indispensable obtener la autorización escrita de los líderes comunitarios o garantes de la expresión cultural y explicar de manera clara los alcances de cada colaboración.
En caso necesario, añade, estas conversaciones deben realizarse con el apoyo de traductores, de modo que las comunidades comprendan plenamente los acuerdos y tengan voz en el proceso.
“Las empresas tienen que estar muy atentas cuando hacen este tipo de proyectos y buscar asesoría no solo legal, sino también de historiadores y sociólogos, lo que ayuda a construir una visibilización correcta de las comunidades”, señala Olmedo Velázquez.
El gobierno federal ha adelantado que trabaja en fortalecer la legislación para establecer sanciones claras contra la apropiación cultural indebida. Para el abogado, sin embargo, más que crear nuevas leyes, lo esencial es perfeccionar las ya existentes.
“La Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural es perfectible, pero una nueva ley no nos hace falta si todavía no hemos aclarado muy bien cuáles son las reglas del juego en este momento”, concluye.