La decisión de Hyundai fue un cambio de destino: redirigir las exportaciones mexicanas del Tucson hacia Canadá, país con el que México mantiene intactas las condiciones de libre comercio establecidas en el T-MEC. Con ello, la armadora evitó que los aranceles aplicados en Estados Unidos pusieran en riesgo la competitividad del modelo frente a sus rivales en el segmento de SUV compactos.
Tanto Hyundai como Kia forman parte de Hyundai Group, y la colaboración entre ambas marcas en torno al Tucson surgió como una medida de respuesta ante el repunte en la demanda regional. “Tucson la producen en Alabama, en Estados Unidos, y luego nosotros empezamos también a colaborar en esa producción, porque pues es de volumen, pero después de esta situación con los aranceles pues ya no”, explicó Víctor Alemán, Senior Manager de Relaciones Públicas y Responsabilidad Social de la planta de Pesquería, Nuevo León.
El directivo añadió que, aunque el SUV fue concebido como un soporte de capacidad para el mercado estadounidense, las circunstancias obligaron a reacomodar las prioridades. “Ya no estamos enviando nuestra producción a Estados Unidos, la producción se está mandando a Canadá”, comentó Alemán.
Entre enero y agosto de 2025, la planta produjo y exportó 11,263 unidades del Tucson. De ese total, la mitad se dirigió a Estados Unidos y la otra mitad a Canadá. No obstante, en agosto, los envíos hacia el mercado estadounidense se detuvieron por completo y solo se reportaron 2,406 unidades con destino a Canadá, reflejando el ajuste obligado por los aranceles.
La responsabilidad del mercado estadounidense volvió entonces a concentrarse en la planta de Alabama, inaugurada en 2005, que además ensambla los modelos Santa Fe, Elantra y la pickup Santa Cruz. Desde el inicio, la producción mexicana del Tucson fue concebida como un soporte temporal para atender picos de demanda, pero el nuevo escenario confirmó su papel como complemento flexible.
Exportaciones estables, pero con nuevos destinos
La planta de Pesquería tiene capacidad instalada para producir alrededor de 280,000 vehículos al año. Aproximadamente 80% de ese volumen está concentrado en los modelos Kia K3 y K4, en sus versiones sedán y hatchback, que continúan siendo el núcleo de la operación y los principales responsables del volumen exportador hacia América Latina, Norteamérica y otras regiones.
Dentro de ese esquema, el Tucson representa el segundo modelo de Hyundai ensamblado en Pesquería. El primero fue el Accent, un sedán compacto que compartía la plataforma del Kia Rio y que se destinó tanto al mercado local como a la exportación.
A diferencia del Accent, que generó mayores volúmenes de producción, el Tucson no ha significado un incremento sustancial en el uso de la capacidad de la planta. Aunque comparte plataforma con el Kia K4, lo que facilita su integración en la línea de ensamble, no ha desplazado el peso que mantienen los sedanes como eje de la operación mexicana.
Hoy, la planta de Pesquería destina alrededor del 80% de su producción a mercados externos. Dentro de ese total, cerca del 60% se concentraba en Estados Unidos y Canadá, aunque la proporción exacta ha cambiado tras la imposición de tarifas al cruce hacia el norte.
Tucson fabricado en Nuevo León no se comercializa en México. A diferencia del Accent, que sí tuvo presencia en el mercado local, el SUV llega al país importado desde la República Checa. Según cifras del Inegi, entre enero y agosto de 2025 Hyundai ingresó 3,461 unidades provenientes de ese país europeo para atender la demanda doméstica.
Aunque Alemán no tiene certeza sobre la continuidad de la producción del Tucson para el próximo año, debido a que Hyundai no ha emitido confirmación oficial, prevé un aumento en la producción del K4. La variante hatchback de este modelo comenzó a ensamblarse recientemente en Pesquería, y se espera que en los próximos meses experimente un ramp-up, es decir, un incremento progresivo en la producción hasta alcanzar su capacidad plena. Este ajuste permitirá a la planta compensar parcialmente la incertidumbre sobre el Tucson y mantener niveles estables de utilización de la capacidad instalada.
El reacomodo no redujo el volumen exportado, sino que modificó los destinos. “Las exportaciones de la compañía han sido estables, los destinos son los que han cambiado”, afirmó Alemán. Hoy, además de Canadá, los envíos abarcan más de 40 países, incluyendo mercados en Latinoamérica y Europa.
La estrategia de diversificación de mercados no es aislada. Otras armadoras han comenzado a evaluar reubicaciones de manufactura o ajustes en sus operaciones frente a la política comercial de Donald Trump, que busca frenar importaciones extrarregionales y fortalecer la industria local.
Nissan, General Motors y Honda, entre otras, han implementado cambios que incluyen pausas temporales de producción y reconfiguraciones en sus cadenas de suministro. Otras marcas también han respondido a la presión de los aranceles buscando nuevos mercados para sus exportaciones.
Mazda, por ejemplo, analiza oportunidades en distintos países de América Latina, mientras que Kia ya ha comenzado a redirigir parte de su producción hacia mercados europeos. El K4, uno de sus modelos clave, se está enviando a naciones con volante a la derecha, como Reino Unido e Irlanda.