La deuda oficial de la petrolera con proveedores y contratistas supera los 430,000 millones de pesos. No obstante, dentro de la industria se estima que la cifra podría duplicarse, debido a que muchos trabajos no han podido facturarse desde 2024 por fallas en la plataforma de registro de Copades, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac).
“Necesitamos arreglar eso primero; necesitamos arreglarlo para poder generar confianza”, insistió Fernández, al referirse a la urgencia de resolver los adeudos antes de hablar de nuevas inversiones.
En el sector químico, la falta de liquidez derivada de esos impagos ha frenado proyectos de expansión y modernización. Empresas medianas, que dependen del suministro de Pemex, reportan demoras en pagos que superan los 120 días, lo que limita su capacidad de financiamiento y genera una cadena de ineficiencias en todo el ecosistema industrial.
Sin materia prima
A la par, la escasez de gas natural y condensados limita la operación de plantas nacionales. “Mientras en México no se implemente una estrategia efectiva que permita elevar la producción de petróleo, condensados y gas natural, la industria química nacional seguirá dependiendo de las importaciones de materias primas”, advirtió José Carlos Pons, presidente de la ANIQ.
En 2024, el sector químico mexicano alcanzó un valor de 20,000 millones de dólares, equivalente al 1.7% del Producto Interno Bruto, y participó en el comercio interno con operaciones por 48,000 millones de dólares. Sin embargo, el déficit comercial ronda los 24,000 millones, una cifra directamente vinculada con la falta de suministro nacional.
“Nuestra visión de largo plazo en la industria química se basa no solo en revertir los grandes retos que enfrentamos y mejorar nuestro nivel de competitividad, sino lograr establecer las condiciones para crecer”, sostuvo Pons durante su intervención en el foro.
La propuesta de la ANIQ se apoya en cuatro ejes: acceso a gas natural competitivo, un Pemex confiable como proveedor de materias primas, una regulación ágil y una energía eléctrica estable y asequible.
“Es de vital importancia la reactivación de los complejos petroquímicos de Pemex, realizando inversiones para mejorar la confiabilidad de su operación y modernizándolos tecnológicamente”, puntualizó Pons. Según sus cálculos, con ello se podrían sumar más de 600,000 toneladas anuales de producción petroquímica, incrementando el contenido local y reduciendo la dependencia de importaciones.
Álvaro Fernández coincidió en la urgencia de definir una estrategia nacional de hidrocarburos. “Si no se establece una estrategia en el corto plazo, ya no habrá materia prima en el país para la industria química y las que dependen de su proveeduría”, advirtió.
Y logran exentar materias primas de reglamento
La falta de coordinación entre la política energética y la agenda industrial también ha generado tensiones en el marco regulatorio. Antes de la publicación del nuevo Reglamento de la Ley de Hidrocarburos, la ANIQ alertó que algunos insumos químicos podían quedar sujetos a controles volumétricos pensados para combustibles, lo que implicaría una carga operativa excesiva para más de 40 sectores industriales.
“Nuestra propuesta clara es que el reglamento regule exclusivamente los siguientes productos petroquímicos: metano, etano, propano, butanos y naftas”, explicó Pons. “De no precisarse dicho alcance, miles de productos químicos quedarían sujetos a controles y reportes periódicos, tratándonos como combustibles cuando en realidad somos proveedores de materias primas”.
Tras semanas de diálogo con las autoridades, la Secretaría de Energía incorporó las observaciones de la ANIQ. “La publicación del Reglamento a la Ley de Hidrocarburos, el pasado 3 de octubre, incorporó los comentarios presentados por la ANIQ, acotando la regulación a los cinco productos petroquímicos definidos en la regulación previa. Esta actualización nos permite continuar operando con normalidad”, añadió el directivo.
No obstante, la incertidumbre regulatoria y los impagos siguen limitando la competitividad del sector. Para los industriales, Pemex no solo debe resolver su rezago financiero, sino también modernizar su infraestructura y restablecer el suministro a largo plazo.
"No puedo dejar de mencionar que es necesario que la industria cuente con los recursos financieros para operar e invertir; por eso solicitamos a Pemex el pago oportuno de todos los adeudos con proveedores”, reiteró Pons.
Mientras tanto, la dependencia de importaciones aumenta, y con ella, la vulnerabilidad frente a la volatilidad del tipo de cambio y los precios internacionales de los hidrocarburos.