El concepto no es nuevo, pero sí inusual en México: una marca china que no busca parecer europea, sino serlo por estructura y colaboración industrial. Desde su creación en 2016, Lynk & Co fue pensada como una marca global. Su propiedad se reparte entre Volvo Cars (20%), Geely Auto (30%) y Geely Holding (50%), lo que la coloca en un punto intermedio entre la ingeniería europea y la escala de manufactura asiática.
“Está dentro de una plataforma de XC60 y XC90, de ahí su nivel de manejo y acabados”, explica Lara. La estrategia es capitalizar esa herencia para construir confianza en un mercado donde el origen chino todavía despierta cautela.
El Lynk & Co 08, que rondará los 880,000 pesos, es la carta tecnológica del grupo: ofrece el mayor rango eléctrico en su tipo y una propuesta estética más cercana a los SUV escandinavos que a los modelos chinos convencionales. El 09, que se ubicará cerca de 1.2 millones de pesos, apunta al cliente que busca espacio y confort sin renunciar al diseño.
Ambos competirán en el segmento premium electrificado, frente a BYD y Volvo. “Mientras el planeta se acomoda, ofrecemos un vehículo plug-in hybrid que permite probar la electrificación sin ansiedad de rango”, dice Lara.
Esa visión de electrificación gradual contrasta con el discurso más radical de otras marcas chinas que apuestan todo a los eléctricos puros. Lynk & Co prefiere una transición escalonada, donde el cliente elige entre mild hybrid, plug-in hybrid y, más adelante, un eléctrico completo.
En México, la marca operará bajo la misma red que Zeekr, la otra firma de lujo del grupo. “Zeekr es lujo y alta tecnología. Lynk & Co es electrificación premium, con un enfoque de volumen controlado”, explica Lara. Ambos nombres compartirán showrooms y centros de servicio, pero con identidades diferenciadas.
Esa integración permite maximizar la rentabilidad de los distribuidores. “Para ellos es una grata noticia que Lynk & Co entre dentro de Zeekr, porque al mismo espacio productivo le van a poder sacar más ventas y mayor absorción en taller”, comenta Lara. Actualmente, Zeekr opera con nueve agencias, la más reciente en la Glorieta de la Minerva, en Guadalajara. Ésta justamente es la primera en incorporar ambas marcas.
La marca llega en un momento sensible. México evalúa nuevos aranceles de hasta 50% a los autos fabricados en China, lo que podría impactar su competitividad. Aun así, Lara afirma que se tiene margen. “Tenemos plantas a nivel global, lo que nos da flexibilidad para mover producción fuera de China si es necesario”.
Los precios anunciados ya consideran un entorno arancelario más estricto. “No queremos diferenciarnos por ser los más baratos, sino por la calidad del producto, la atención al cliente y el soporte de posventa”, asegura el ejecutivo.
En menos de dos años, Zeekr ha vendido 1,300 unidades en México. Con Lynk & Co, el grupo busca ampliar su base de clientes y consolidar una estrategia de expansión regional. La lógica es que Zeekr abre el mercado con autos eléctricos de lujo; Lynk & Co extiende la cobertura con híbridos más accesibles.
En posventa, la promesa es la de una marca global. “Tenemos un 97% de disponibilidad en piezas de motor, colisión y desgaste. La idea es ofrecer un servicio de calidad desde la compra hasta el mantenimiento”, afirma.
“No venimos a probar suerte cinco años, sino a durar”, concluye Lara. “Queremos construir una marca sólida, global y cercana al consumidor mexicano”.