Nuevos proyectos, un contexto complejo
Con los recursos obtenidos, Aeroméxico ampliará su flota y realizará inversiones en infraestructura de atención al cliente, orientadas a optimizar la eficiencia logística, la seguridad y el mantenimiento de sus aeronaves, informó la propia BMV. “Se trata de un paso estratégico que refuerza la capacidad operativa y de servicio de la empresa, al tiempo que responde a las necesidades de modernización del sector”, señala el documento.
El contexto, sin embargo, dista de ser sencillo. En los últimos tres meses, la aerolínea ha enfrentado dos golpes desde Estados Unidos: la disolución de su alianza con Delta Air Lines —prevista para concluir el 1 de enero— y la revocación de nuevas rutas belly cargo –carga de vientre en aviones de pasajeros–, que afectó su vuelo inaugural entre Ciudad de México y San Juan, Puerto Rico.
Pese a ello, Aeroméxico busca convertir su regreso a la Bolsa en un impulso para superar la turbulencia. Renato Campos, analista de mercados financieros en SquaredFinancial, considera que este paso tiene un valor simbólico y práctico. En su opinión, el regreso al mercado bursátil no solo debe verse como un trámite financiero, sino como una señal de fortaleza.
“Es la primera señal que tienen que dar para volver a despegar y no quedarse en un relanzamiento vacío, sin sustento”, comenta en entrevista. “Refleja un escenario positivo, con fundamentos claros, y puede mantener una percepción favorable en medio del proceso de reestructura que aún atraviesa la compañía”.
La decisión de relistarse ocurre poco más de dos años después de que la empresa se deslistara del mercado, en junio de 2022, como parte de su proceso de reestructura bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos. A diferencia de otras aerolíneas mexicanas, Aeroméxico completó el proceso con un plan financiero aprobado y el respaldo de inversionistas institucionales.
En ese momento, la aerolínea había reducido su deuda, ajustado operaciones y fortalecido su alianza con Delta, que entonces representaba un eje estratégico. Hoy, la ruptura de esa sociedad impone nuevos retos, pero también abre la puerta a reconfigurar su red de alianzas.
El regreso al mercado bursátil se da también en un entorno macroeconómico que favorece la captación de capital. La recuperación del turismo internacional y la mayor demanda de vuelos domésticos han devuelto rentabilidad a un sector que durante la pandemia llegó a operar con pérdidas históricas.
Una historia diferente
En contraste con el destino de otras compañías mexicanas, la historia de Aeroméxico se vuelve un caso atípico. Mexicana de Aviación, fundada en 1921, se declaró en quiebra en 2014 y hoy opera como una aerolínea estatal bajo control militar. Interjet, por su parte, suspendió vuelos en diciembre de 2020 y su intento de reestructura fracasó en 2023. Aeromar cerró operaciones en febrero de 2023 con deudas superiores a 5,000 millones de pesos.
“A diferencia de las otras aerolíneas que se quedaron en el camino, el regreso de Aeroméxico a bolsa marca un camino diferente al dar estabilidad y mostrar que todo está bien en la compañía”, subraya Gómez Suárez. “Las estrategias han sido acertadas y obviamente eso ha logrado que sobreviva la aerolínea y siga siendo una de las principales”.
Hoy, Aeroméxico es la única aerolínea mexicana de servicio completo que continúa operando, lo que la convierte en un actor emblemático del sector aéreo nacional. Su permanencia en el mercado no solo tiene implicaciones financieras, sino también de imagen país.
“Cuando tenemos una compañía que es tan grande no se puede dejar caer. Es una imagen no tan solo a nivel empresarial o financiero, sino que es una imagen a nivel país”, apunta Campos. “Aeroméxico es la aerolínea de México. Su relevancia para la economía y su simbolismo hacen que recuperar ese espacio en la Bolsa tenga un valor mucho más amplio”.
El retorno también representa una oportunidad para reforzar la competitividad frente a la expansión de las aerolíneas de bajo costo, que en los últimos años han ganado participación de mercado. Volaris y Viva Aerobus han incrementado su presencia, especialmente en rutas nacionales, mientras Aeroméxico busca consolidarse en el segmento internacional y corporativo.
La compañía prevé que el acceso a nuevos capitales le permita modernizar su flota y aprovechar la recuperación del tráfico aéreo entre México y Estados Unidos, el mercado binacional más grande del mundo.
El regreso a la Bolsa simboliza, más allá del dato financiero, el cierre de un ciclo crítico para la empresa. Aeroméxico sobrevivió a la pandemia, a la competencia de bajo costo y a los vaivenes regulatorios de ambos lados de la frontera.
Ahora, con el mercado como testigo, la aerolínea intenta retomar vuelo sostenido. “Es una señal de confianza y continuidad”, resume Gómez Suárez. “De que la historia, esta vez, puede tener un final diferente”.