Bad Bunny y la música como motor turístico
El fenómeno Bad Bunny puso a Puerto Rico en el mapa turístico global. Visitantes de países no hispanohablantes se sumaron al espectáculo, en una conexión cultural inesperada. “Fue bien bonito ver estos visitantes que venían de países que no hablan español, cantar absolutamente todas las canciones y comunicarse pues con los locales”, señala Tardí.
La serie de conciertos permitió orientar a los visitantes hacia experiencias más amplias que la capital. La estrategia incluyó productos vinculados a la música y a la vida cotidiana puertorriqueña. “De pronto podías terminar tomando café o tomando ron, como dice la canción de Bad Bunny, y metiéndote a la playa”, recuerda Tardí.
Un landing page concentró promociones y descuentos en negocios locales que se sumaron a la fiebre del reguetón. Desde un paseo en catamarán por Culebra hasta experiencias gastronómicas, la idea fue prolongar la estancia de los visitantes más allá de la música.
Esa semilla ahora florece en una oferta más estructurada con recorridos como La Ruta de la Salsa, La Ruta del Reguetón o clases de bomba y plena. La música, dicen en Discover Puerto Rico, se convierte en una puerta de entrada a una identidad cultural más profunda.
Glorianna Yamín, vicepresidenta de mercadeo de la organización, destaca que el propio equipo de Bad Bunny se coordinó con gobierno e iniciativa privada para hacer de “La Residencia” un evento de gran escala. “Esto revela que la Isla del Encanto tiene la capacidad para albergar grandes eventos, desde conciertos hasta convenciones”, comenta.
El turismo musical es solo un componente. La otra gran apuesta está en el mercado mexicano, que Puerto Rico considera estratégico. A partir del 29 de octubre, Aeroméxico abrirá un vuelo directo de Ciudad de México a San Juan.
“Actualmente Puerto Rico tiene varios mercados internacionales primarios, como lo son Colombia, España, Panamá, República Dominicana porque tenemos buenos directos. Así que el hecho de que ahora tengamos un vuelo directo con México convierte el mercado en emergente, como entrada incluso de otros mercados latinoamericanos”, señala Yamín.
México, el nuevo mercado emergente para Puerto Rico
Los análisis de datos colocan a México entre los cinco principales mercados con potencial de crecimiento, aunque Discover Puerto Rico no detalla un porcentaje de incremento esperado en turistas.
La política migratoria de Estados Unidos, de la cual depende la isla, no parece ser un obstáculo. “Al momento no estamos viendo un impacto negativo”, dice Yamín respecto al aumento en el costo de visas para mexicanos.
La funcionaria añade que el objetivo es dejar claro el valor intangible de la hospitalidad boricua: “Obviamente el mexicano que decida visitar Puerto Rico necesita cumplir con los requerimientos de Estados Unidos porque somos territorio estadounidense. Así que es importante resaltar que lo que sí queremos es que el visitante internacional entienda que Puerto Rico es un lugar que los va a recibir con mucha calidez, que te van a recibir con un espíritu de bienvenida muy único”.
La campaña “Vive Boricua” refuerza esta narrativa. La intención es diversificar la oferta más allá de playas y San Juan, hacia bosques, montañas y las cinco bahías bioluminiscentes que distinguen al territorio.
Para lograrlo, Discover Puerto Rico organiza mesas redondas con restauranteros y empresarios de los 78 municipios, en busca de experiencias que beneficien tanto a las comunidades como al visitante. Se trata de un modelo cercano al turismo comunitario que México ha promovido en sus propias regiones rurales.
El énfasis está en resaltar elementos culturales y naturales, con un componente de sustentabilidad que responda a nuevas demandas de viajeros internacionales. El objetivo: elevar la estancia promedio de tres a ocho días.
El perfil del visitante refuerza el optimismo. “Con estos esfuerzos tenemos que el último perfil del visitante arroja que alrededor del 46% de los visitantes quiere regresar. Es un número bien alto para un destino”, afirma Tardí.
Puerto Rico confía en que el atractivo de la música, sumado a la nueva conectividad aérea con México y la expansión de su oferta turística, permita consolidar un flujo constante de visitantes.
Bad Bunny, al final, no solo rompió récords musicales, abrió la puerta para que Puerto Rico se piense como un destino de gran escala, con ambiciones más allá del Caribe y con los viajeros mexicanos en la mira.