Oriol Bonaclocha, CEO de Heineken México, reconoció el legado del lugar, donde se ha consolidado la historia de marcas hechas en México e integradas hoy a un portafolio internacional. “Esta compañía no nació ayer, la levantaron mientes y hombres que soñaron más grande que su tiempo. Hoy nosotros tenemos el privilegio de estar de pie sobre los hombros de esos gigantes”, dijo Bonaclocha durante la ceremonia por los 135 años de la planta cervecera.
Una cervecera de más de un siglo
México tiene una amplia tradición cervecera. La bebida llegó al país en la época colonial, pero fue en 1890 cuando comenzó el desarrollo industrial del sector con el inicio de operaciones de la Fábrica de Hielo y Cerveza Cuauhtémoc, en Monterrey. La inversión que echó a andar la ahora emblemática planta fue de 150,000 pesos, recursos aportados por los empresarios Isaac Garza, Francisco Sada, José Muguerza, José Calderón Penilla y Joseph Schnaider.
La historia del desarrollo cervecero en el país también se ha construido a través de fusiones y adquisiciones. Una de las más relevantes ocurrió en 1985, cuando se concretó la fusión con la veracruzana Cervecería Moctezuma. A partir de entonces, el grupo comenzó su historia como Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma y sumó a su portafolio las marcas Nochebuena y Dos Equis.
Paralelamente, se consolidó el desarrollo de una cadena de proveeduría que creció durante décadas con la fundación de una fábrica de vidrios y cristales, otra de corcholatas, una maltera y una distribuidora. A ello siguieron innovaciones como la creación de la corcholata, la caguama, las latas, los six packs y las botellas abrefácil.
El negocio evolucionó alrededor de la cerveza y, como parte de ese proceso, a finales de los años 70 nació Oxxo: tiendas que en un inicio comercializaban exclusivamente cervezas de Cuauhtémoc Moctezuma, botanas y cigarros, y que posteriormente dieron paso a la cadena de conveniencia que hoy domina el mercado.
Aunque ahora las operaciones pertenecen a dos empresas distintas, para el CEO de Heineken México la identidad cervecera y el sentido de pertenencia de los colaboradores siguen siendo activos fundamentales. “Yo he sentido el alma de esta casa, la he visto en los ojos de nuestra gente. En su orgullo y es esta forma régia única de hacer las cosas con pasión. Es el alma que mueve y hace que está compañía sea una familiar y un legado: una puerta que trasciende”, declaró Bonaclocha.
El lazo de Heineken y Femsa
En 2010, la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma fue adquirida por Heineken a cambio de 7,347 millones de dólares. El acuerdo consideró que Femsa obtuviera una participación de 20% en la cervecera holandesa. En 2023, como parte de una nueva estrategia de negocios, Femsa decidió vender su participación para concentrarse en sus unidades más relevantes: Oxxo y la embotelladora. La compañía completó la venta de sus últimas acciones de Heineken en 2025.
“Con Heineken somos algo más grande. Tenemos un impulso y un espíritu que nos lleva a atrevernos a mirar siempre hacia adelante. Y hoy les digo con total convicción, el futuro de esta compañía es brillante y es enorme”, dijo el CEO de Heineken México.
Además de la planta de Monterrey, Heineken México opera instalaciones en Guadalajara, Tecate, Toluca, Navojoa, Orizaba y Meoqui. Sus marcas en el país incluyen Heineken, Sol, Superior, Dos Equis, Indio, Tecate, Carta Blanca, Bohemia, Noche Buena y Strongbow, entre otras.
“Vamos a honrar estos 135 años no con nostalgia, sino con resultados, con innovación, valentía y un orgullo que se siente en el pecho. Vamos a seguir transformando, a seguir creciendo y a liderar el mercado”, dijo el CEO de Heineken México.