Boom de skincare adolescente, entre riesgos dermatológicos y nuevas apuestas de marcas
La popularidad de rutinas en TikTok impulsa a niñas y adolescentes a usar productos para adultos, generando riesgos dermatológicos y abriendo un nicho que nuevas marcas buscan capitalizar con fórmulas adecuadas.
El nicho de productos de cuidado personal para adolescentes en México alcanzó los 155,370 millones de dólares en 2024 y se prevé que crezca a 239,690 millones de dólares en 2033.(@glowopedia/TikTok)
Las recomendaciones de skincare que dominan TikTok y otras redes sociales han trasladado al público infantil rutinas pensadas para adultos. Esta exposición constante a sueros, ácidos y cremas “anti–edad” ha despertado entre niñas y adolescentes un interés creciente por productos que no necesariamente corresponden a su edad ni a las necesidades de su piel.
El fenómeno preocupa a especialistas porque ocurre en un entorno donde las menores emulan prácticas dirigidas a pieles maduras, dejando atrás el juego inocente del maquillaje infantil para adoptar rutinas completas que influencers presentan como indispensables. El acceso inmediato a contenido aspiracional está modificando, incluso, los patrones de compra familiares.
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El nicho de productos de cuidado personal para adolescentes en México alcanzó los 155,370 millones de dólares en 2024 y se prevé que crezca a 239,690 millones de dólares en 2033. Deep Market Insights estima un crecimiento anual compuesto de 4.93% entre 2025 y 2033, impulsado principalmente por el cuidado de la piel.
“Durante el período de pronóstico, se prevé que el cuidado de la piel registre el mayor crecimiento, lo que lo convierte en el segmento de categoría de producto más lucrativo”, señala la consultora.
Pero el crecimiento del interés en este público ocurre mientras dermatólogos alertan sobre los riesgos de usar activos que no corresponden a esta etapa de la vida, especialmente cuando la piel atraviesa cambios hormonales que requieren un cuidado básico y no rutinas avanzadas.
“A esta edad la piel está cambiando por las hormonas, es normal que aparezcan granitos, puntos negros o que la piel se vea algo grasa, por eso una rutina básica puede ayudar mucho. Lo importante es no caer en el uso de retinoides o productos que son para condiciones específicas de la piel, como enfermedades, que llegan a irritar la piel”, dice el dermatólogo Juan Manuel Ruiz Matta.
El especialista recuerda que esta presión social por lucir una piel perfecta se amplifica en plataformas donde predominan filtros y estándares irreales. “Esta presión que hay por tener una piel de filtro de TikTok o la piel coreana hace que (a las niñas y adolescentes) les preocupe el cuidado de la piel”, señala Ruiz Matta. "(Sin embargo), no necesitan rutinas de diez pasos, eso incrementa las posibilidades de dermatitis", añade.
Andrea Rodríguez Ríos, dermatóloga, tricóloga y oncóloga clínica, coincide en que las adolescentes deben comenzar con lo mínimo. “Es recomendable no complicarse la existencia e iniciar con los dos o tres pasos básicos si se tiene piel sana. Un buen limpiador para piel grasa mañana y noche, un hidratante ligero que ayude a balancear el microbioma de la piel y, finalmente, un buen protector solar ligerito”, explica.
Entre los ingredientes recomendados para esta etapa están la niacinamida, el ácido hialurónico y el ácido salicílico en concentraciones de 1 o 2%, además de vitamina C en suero. En caso de acné o irritaciones persistentes, las especialistas recomiendan acudir a un dermatólogo antes de incorporar activos más complejos.
Un mercado que se reconfigura
En medio de esta tendencia, algunas emprendedoras detectaron un hueco: la falta de productos seguros, accesibles y diseñados para pieles jóvenes. Una de ellas es Iliana Loza, fundadora de Quiin, una marca que busca posicionarse en el mercado masivo con fórmulas suaves, empaques coloridos y precios alcanzables para las familias.
“Ahora las niñas quieren utilizar algo en su rutina, les llaman muchísimo la atención productos que ven en redes sociales, pero es posible que las niñas se lleguen a lastimar la piel al ponerse ingredientes que no usar a los 12 o 13 años”, comenta.
Loza identificó que, entre las opciones actuales, predominan marcas dermatológicas orientadas a adultos, productos coreanos con activos potentes y marcas de lujo que son aspiracionales pero inalcanzables. “En México como que teníamos ese gran hueco. Tenemos marcas como CeraVe o marcas coreanas o tienes marcas de lujo. Hay un hit entre las niñas por Drunk Elephant, pero una crema está en 2,000 pesos”, señala.
(Foto: Quiin / Instagram.)
Quiin nació con un plan de llegar a 2,000 puntos de venta en todo el país. Hoy se comercializa en su tienda en línea y en Farmacias del Ahorro, con la expectativa de cerrar el próximo año con 1,000 puntos de venta. Los precios van de 290 a 500 pesos, buscando ser accesibles sin comprometer la formulación.
La marca tomó como base ingredientes como probióticos y ácido hialurónico vegetal, aptos para pieles adolescentes y también útiles para pieles maduras. “Hemos visto que en otros países, como Estados Unidos y Canadá, en el súper ya hay Clean Beauty o marcas orgánicas súper accesibles y en México vimos ese gran hueco entre lo muy barato y lo aburrido”, comenta Loza.
El desarrollo de limpiadores, cremas y sueros tomó cerca de un año. Cada envase está numerado para que las adolescentes comprendan el orden de uso sin caer en rutinas largas. El debut de la marca ocurrió hace apenas unas semanas, con la intención de consolidarse antes de expandirse a una línea de maquillaje.
La emprendedora prevé que supermercados, farmacias y tiendas departamentales serán clave para atender este nicho, especialmente si se apuesta por producción nacional que reduzca costos por importación y permita competir con la oferta coreana y estadounidense.
Mientras tanto, el desafío para el sector no solo es comercial, sino educativo. Acompañar a una generación que crece frente a las pantallas y que incorpora el skincare como parte de su identidad requiere productos adecuados, información clara y límites frente a las tendencias virales.