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Telefónica México “embellece” su negocio empresarial para acelerar su venta

La compañía apuesta por fortalecer las unidades de mayor potencial, como el segmento B2B, para elevar el valor de su operación y atraer inversionistas en un mercado móvil cada vez más complejo.
mié 31 diciembre 2025 05:55 AM
Telefónica México no encuentra comprador y apuesta todo a su negocio B2B, entre litigios fiscales y presión regulatoria
El plan de la empresa matriz para reducir su presencia en América Latina llevaría al operador a poner a la venta la filial mexicana por unidades de negocio. (Foto: Susana Vera/Reuters)

Telefónica, el gigante español de las telecomunicaciones, enfrenta un desafío decisivo en su proceso de desinversión en América Latina: concretar la venta del negocio mexicano, al ser una de las operaciones más complejas de la matriz a nivel Hispanoamérica.

La filial mexicana lleva más de seis años intentando vender su operación, un proceso que hasta hace seis meses parecía encaminado a concretarse. Beyond ONE, un fondo de inversión radicado en Dubái y propietario de Virgin Mobile México, se perfiló como uno de los interesados más avanzados en adquirir el negocio, valuado en 609 millones de dólares, pero las negociaciones no han logrado cerrarse.

“Las conversaciones eran muy serias, parecía que ya tenían un acuerdo, pero hubo algo en el contrato mayorista con AT&T que no les gustó; además, Beyond ONE solo ofreció 350 millones de dólares”, dijo en su momento a Expansión una fuente con conocimiento del tema que pidió no ser identificada. Desde 2019, Telefónica mantiene un contrato mayorista con AT&T, luego de devolver al Estado mexicano todo su espectro radioeléctrico y migrar su tráfico a la red del operador estadounidense.

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Ahora, el plan de la empresa matriz para reducir su presencia en América Latina, en un contexto en el que el sector de las telecomunicaciones enfrenta crecientes dificultades para alcanzar la rentabilidad, llevaría al operador a poner a la venta la filial mexicana por unidades de negocio. México y Chile son los únicos mercados de la región que aún permanecen pendientes de desinversión.

La semana pasada, por ejemplo, vendió la vertical Tech de México a la empresa tecnológica Hiberus. El monto de la operación no fue revelado, pero incluye servicios y contratos de ciberseguridad, nube híbrida, IoT y conectividad, inteligencia artificial y Big Data. Un movimiento similar podría realizarse con la unidad B2B (Business-to-Business), al integrar este mismo mes nuevos planes empresariales con el objetivo de fortalecer la cartera de clientes y mejorar el atractivo del activo para posibles compradores.

Rodolfo López Lozano, director de marketing de la vertical B2B de Telefónica México, explicó que la estrategia consiste en habilitar un ecosistema flexible que permita a las empresas desarrollar y montar productos adicionales sobre su infraestructura, adaptando las soluciones a las necesidades específicas de cada cliente.

Con ello, la compañía busca evolucionar de un proveedor de conectividad a un habilitador de servicios de mayor valor agregado, en línea con las nuevas demandas del mercado corporativo. “Esta oferta de servicios y productos permitirá tener un impacto empresarial y positivo en los indicadores operativos y financieros de la empresa”, dijo el vocero a Expansión.

Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana del Derecho a la Información (Amedi) y experto en telecomunicaciones, aseguró que los nuevos servicios responden a una estrategia de “embellecer” ciertos negocios, en un momento en el que existe una disparidad entre sus distintas unidades de operación, lo que puede hacer más compleja su venta.

El negocio tradicional de telecomunicaciones —líneas móviles, conexiones y enlaces— enfrenta un mercado maduro, altamente competido y fuertemente regulado, cuyo potencial de crecimiento es cada vez más limitado.

En contraste, la división de soluciones digitales para empresas —ciberseguridad, computación en la nube, inteligencia artificial y redes privadas— se ha convertido en uno de los segmentos de mayor dinamismo dentro del sector, no solo para Telefónica, sino para la industria en general.

“Estas áreas, que ya no dependen de líneas ni de servicios tradicionales de conectividad, representan activos estratégicos con alto potencial de valorización, lo que llevaría a Telefónica a separarlas para atraer a inversionistas especializados, interesados en tecnología y servicios digitales más que en telecomunicaciones convencionales”, afirmó el analista.

El segmento B2B es clave para la industria de las telecomunicaciones, ya que permite ofrecer soluciones digitales, construir relaciones de largo plazo y generar ingresos recurrentes al integrarse en las operaciones de otras empresas, impulsando la innovación y la transformación digital tanto de los clientes corporativos como de las propias operadoras.

El reto de concretar una venta

Para Telefónica, desprenderse de sus activos en México ha sido un proceso desafiante, en un mercado cada vez más complejo, marcado por una intensa competencia y un entorno regulatorio exigente.

Desde su llegada al país en 2001, la empresa ha enfrentado dificultades para ganar terreno frente al dominio de Telcel, cuya cuota de mercado aún supera el 50%, de acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). A este escenario se ha sumado la presión por sostener su base de usuarios móviles ante la entrada de los Operadores Móviles Virtuales (OMV), como Bait, que han reconfigurado la dinámica competitiva del sector.

Estos factores llevaron a Telefónica a desprenderse de sus licencias de espectro y de su infraestructura propia, con el objetivo de preservar el equilibrio financiero y operar bajo un modelo más ligero como OMV. Sin embargo, pese a las inversiones y ajustes operativos realizados —entre ellos, el arrendamiento de capacidad a redes rivales para reducir costos—, la filial mexicana ha tenido dificultades para alcanzar una rentabilidad sostenida.

A ello se ha sumado la puesta en venta de AT&T México, lo que puede complicar aún más el proceso al relegar a Telefónica a un segundo plano para potenciales interesados, especialmente al operar únicamente como OMV, un modelo que puede restar atractivo para algunos inversionistas.

Especialistas consultados por Expansión anteriormente señalaron que lo más valioso de la operación de Telefónica es su cartera de clientes de pospago, prepago y B2B, así como sus plataformas BSS, de soporte empresarial, y HSS, la base de datos que almacena la información de los suscriptores.

Los desafíos de la filial mexicana no se limitan al ámbito competitivo y regulatorio. Actualmente, la empresa mantiene un conflicto fiscal con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) por un adeudo de 4,442 millones de pesos, derivado de la presunta deducción indebida de gastos y resultados contables asociados a su fusión con Pegaso en 2014.

Este litigio se encuentra ahora en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que resolverá el próximo 8 de enero si el operador de origen español deberá cubrir el monto reclamado, según el listado de asuntos de la Alta Corte publicado el pasado 10 de diciembre.

La venta de Telefónica México se perfila como un proceso largo y complejo, en el que la compañía deberá equilibrar la necesidad de salir del mercado con la tarea de maximizar el valor de sus activos. La estrategia de separar y fortalecer las unidades de mayor crecimiento, como los servicios digitales y el segmento empresarial, busca mejorar el atractivo de la operación frente a inversionistas especializados, aun cuando persisten desafíos estructurales, competitivos y legales.

“Sería deseable que Telefónica concrete su venta el próximo año. El operador ya tiene la mirada puesta en Europa, donde busca su consolidación, y sin duda su salida de México también generará un cambio en las condiciones regulatorias”, aseguró Bravo.

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