¿París sigue siendo la ciudad de las luces? No para Karl Lagerfeld
En un mundo post-Godard, imaginar París es imaginar las luces destellantes en las noches por los Campos Eliseos; miembros de la intelligentsia debatiendo política en el Café de Flore; y mujeres delgadas y elegantes, la figura de sofisticación e indiferencia, luciendo las marcas más elegantes del mundo.
Pero para Karl Lagerfeld, el director creativo –de origen alemán– de la marca parisina por excelencia Chanel, esto es un mito y lo ha sido por mucho tiempo.
“Este no es el momento más glamuroso en París”, dijo Lagerfeld a Derek Blasberg, presentador de CNN Style previo al show de alta costura de otoño-invierno de Chanel. “París de noche es una pesadilla ahora. Ya no es un cliché”.
“Debo decir, en toda mi vida nunca había visto un París tan sombrío”.
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Lagerfeld, quien ha estado al mando de Chanel desde 1983, y quien inició en la ciudad trabajando bajo la guía de Pierre Balmain en la década de 1950, dice que ha visto cambios drásticos desde los tiempos en que París parecía “una vieja película francesa”.
“Era otro mundo. No había esta sensación de peligro”, explica. “Las cosas están cambiando, pero tengo la sensación de que viví en un mundo que ya no existe”.
No es que Lagerfeld añore el amtes. Él es famoso por negarse a buscar inspiración en el pasado de la marca, siempre viendo hacia el futuro para encontrar nuevas formas de innovar y reinterpretar los valores de la marca.
“Karl siempre está investigando cosas nuevas y nos da el deseo de explorar e ir más lejos”, dijo Hubert Barrère, director artístico de la casa de bordado Lesage.
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“Él es muy respetuoso del conocimiento, lo ama profundamente, pero ama sacudirlo y tiene el derecho… Hoy día, la moda no es sobre hacer cosas bellas, es sobre hacer cosas diferentes y creo que él sabe cómo infundir vida a Chanel”.
Así que él está, con toda razón, cansado y receloso de los clichés, de caer en ellos, darles credibilidad. Esto incluye, pero no se limita a: traducir la alta costura a colecciones listas para usar, la idea de una marca con una casa espiritual, la imagen estereotípica de París en general.
En lugar de buscar inspiración, él prefiere esperar a que las ideas lleguen orgánicamente.
“Tienes o no tienes ideas, de donde sea que provengan”, dice. “No soy una persona de marketing. No tengo un plan. Todo llega por accidente y es así. Está en el aire y trato de capturarlo”.