La migración del campo a la ciudad es una realidad imparable. Según la Organización de las Naciones Unidas, 55% de la población global vive en áreas urbanizadas, porcentaje que alcanzará el 68% en 2050. Estas cifras crean varias presiones en las ciudades, en especial, en el tema de la vivienda, que bien es escasa o inaccesible, pues los precios de las propiedades se han incrementado exponencialmente, privando del acceso a la renta o compra a una parte importante de la población que habita las urbes.
Dos nuevas tendencias de diseño para la vivienda urbana
Los arquitectos buscan dar respuesta a estas necesidades, con propuestas que adoptan sistemas flexibles y modulares, que se adapten al estilo de vida de los residentes.
"Actualmente, nuestro papel como arquitectos no es el de diseñar todos los detalles de los interiores, sino idear estructuras poco rígidas para que sean sus habitantes los que decidan cómo usan ese espacio", afirma Jack Swanson, arquitecto graduado del Royal College of Art.
El
coliving
está aquí
Swanson lleva dos años desarrollando un proyecto de vivienda colectiva en colaboración con el desarrollador British Land, donde el límite entre el espacio privado y el público se difumina con paredes flexibles. "La idea es proveer de un cascarón básico que pueda ser ocupado de forma flexible, que genere encuentros con los vecinos en zonas comunes", explica.
El arquitecto trabajó con el despacho Apparata en un concepto similar que verá la luz en 2020 en Londres: una vivienda social colectiva que será ocupada por 12 artistas y sus familias.
El edificio de cinco plantas contará con un espacio para comer y trabajar que será compartido por grupos de tres departamentos. Esta propuesta sigue el modelo de cohabitación, cada vez más presente en ciudades como Londres o Nueva York, y que es una evolución con tintes millennial de los departamentos compartidos o las residencias universitarias.
Aparte de los espacios más privados de la casa (dormitorio y baño), el resto son para socializar, realizar actividades físicas, atender charlas o clases de todo tipo. Servicios de lavandería, cocina o guardería se comparten entre todos los residentes.
Tres generaciones bajo un mismo techo
Según un estudio de la aseguradora Aviva, en Reino Unido, el número de adultos de entre 25 y 34 años que vive con sus progenitores se incrementó en 37% entre 2007 y 2017.
Johnny Grey, un diseñador especializado en cocinas, explica que cada vez tiene más clientes para los que tiene que idear espacios multigeneracionales; donde además de padres e hijos hay que agregar a los abuelos.
Grey dice que para que todos los miembros de la familia se sientan cómodos hay dos conceptos que son fundamentales: ergonomía y autonomía. Grey menciona que la clave es incorporar mobiliario: "Que incremente la sociabilidad entre varias generaciones que conviven bajo un mismo techo".
Entre sus preferencias, subraya las mesas redondas, las islas de cocina y la ausencia de ángulos para favorecer formas más curvas. "Estamos hablando de hechos probados en campos como la neurociencia y cómo ciertos diseños favorecen o no la sociabilidad, no del aspecto que estos tienen", aclara.
Grey apuesta también por un mobiliario extremadamente flexible, con encimeras que suben y bajan para adaptarse a las diferentes alturas de sus usuarios, así como soluciones inteligentes que permitan que las personas de mayor edad se manejen con soltura y sin peligros en la cocina.
Destaca varias innovaciones que veremos en los próximos cinco años, asegura: mesas multiusos donde será posible preparar los alimentos, cocinarlos y comerlos, y elementos de realidad aumentada que ayudarán a que los más pequeños y más ancianos puedan participar del proceso de una forma creativa y, sobre todo, segura.