Incorporar un área verde a un desarrollo habitacional tiene varios beneficios para los inquilinos.
Un jardín reduce el ruido y la contaminación, lo que beneficia a la salud general y la capacidad de concentración, ya que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sonidos altos y repetitivos son causantes de estrés e insomnio.
El contacto con árboles y plantas también beneficia la salud física, mental y competencia académica de los niños, ya que ayuda a minimizar problemas relacionados con diabetes y enfermedades cardíacas; mientras que jugar en la tierra o lodo ayuda a disminuir niveles de estrés y ansiedad.
Salir a caminar por la tarde rodeados de la naturaleza tras una larga jornada laboral es un motivo perfecto para moverse y dejar atrás los efectos del sedentarismo, el cual puede causar el debilitamiento progresivo de los huesos, pérdida de fuerza y masa muscular, un metabolismo lento y obesidad.
Al tratarse de espacios compartidos dentro de los complejos habitacionales, las áreas verdes facilitan la convivencia con otros inquilinos, creando un sentido de comunidad y de pertenencia.
“Los desarrollos inmobiliarios con espacios verdes han cobrado relevancia dentro del país, a fin de incrementar la calidad de vida de las personas y traer los beneficios del contacto con la naturaleza a las puertas de sus casas” comentó Karina Gusi, directora nacional de Ventas de Hábitta de Grupo CCIMA.