Es por ello que precios como los del oro, cobre, petróleo cedieron en los últimos días. Los efectos se ven también en el mercado de deuda, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años perdieron ritmo y han permanecido por debajo del 1.58% desde mediados de junio. Incluso, la curva de rendimiento entre los bonos de 30 años y los de 5 se ha aplanado, de acuerdo con datos de Reuters. Este movimiento refleja la creencia de los mercados que la Fed quitará gradualmente el pie del acelerador y aplicará el freno para evitar que la economía se sobrecaliente, de acuerdo con un reporte de la firma suiza UBS.
Sin embargo, la tasa de largo plazo seguirá subiendo, estimó Gabriela Soni, jefa de inversiones de UBS México hasta tocar 2% a fin de año, tomando en cuenta que las señales hacia una normalización económica se avizoran, siempre y cuando continúe la recuperación de empleos y la inflación sea temporal.
A pesar de una postura más hawkish (una política monetaria más restrictiva) de la Fed, Soni percibe que aún existe un apetito por el riesgo entre muchos inversionistas. “Creemos que la volatilidad va a regresar, pero seguimos optimistas y de hecho nos gustan acciones de mercados emergentes y acciones de mercados cíclicos, los más sensibles al crecimiento económico”, señala la ejecutiva.
Es aquí donde las posturas se dividen al adaptarse a la nueva postura de la Fed, pues para Polidura las acciones cíclicas -que incluyen a sectores de energía, financiero o industrial- ya tuvieron el impulso en esta fase y ahora se debe de considerar a sectores más defensivos, como el sector salud o el tecnológico.
“Esa apuesta por la reflación ya acabó. Hoy en día ya están cambiando las condiciones y hay que comenzar a buscar valor en historias que el mercado no ha volteado a ver”, dice Polidura.
Las posiciones están dispuestas, falta ver quién sacará mayor provecho de la volatilidad. Lo cierto es que todos los ojos, incluyendo el de otros bancos centrales como el de México, estarán puestos en el plan para disminuir los alivios cuantitativos de la Fed en su camino a la normalización de política monetaria, que se espera se esboce entre agosto y septiembre.