Los datos de inflación al consumidor del miércoles mostraron que los precios en Estados Unidos estaban aumentando a una tasa interanual del 6,2%, su ritmo más rápido en tres décadas, y puede impulsar tanto a la Casa Blanca como a la Reserva Federal a tomar medidas para combatirlo. Eso impulsó al dólar, que a menudo cotiza a la inversa del petróleo.
Los futuros del Brent perdieron 2.14 dólares, o un 2.52%, a 82.64 dólares el barril. El contrato alcanzó un máximo de 85.50 dólares en la sesión antes de retroceder.
El crudo estadounidense bajó 2.81 dólares, o un 3.34%, a 81.34 dólares tras alcanzar un techo de 84.97 dólares el barril, justo por debajo de los récord en siete años tocados en las últimas semanas.
La inflación se está calentando a medida que el peso económico de la ola en el verano boreal de infecciones por COVID-19 se desvanece y persisten los cuellos de botella por el lado de los suministros. Se espera que la Reserva Federal intente detener el continuo aumento de precios, que ha durado más de lo previsto originalmente.
Eso provocó un repunte en el dólar, que socava el precio del petróleo ya que eleva el costo para otros países porque el petróleo se negocia principalmente en la moneda estadounidense.
Biden dijo que pidió al Consejo Económico Nacional que trabaje para reducir los costos de la energía y a la Comisión Federal de Comercio detener la manipulación del mercado en el sector energético en un esfuerzo mayor para revertir la inflación.
"Los comentarios hicieron que el mercado se hundiera", dijo Bob Yawger, jefe de futuros de energía de Mizuho en Nueva York.
Por separado, los inventarios de crudo en Estados Unidos aumentaron en 1 millón de barriles en la última semana, menos que las estimaciones de un incremento de 2.1 millones.