El consejo de administración de Aeroméxico aprobó en febrero de este año la oferta pública de adquisición de acciones que tumbó sus acciones ayer, y que tiene como objetivo brindar a los accionistas existentes la opción de retirarse antes de la capitalización de sus pasivos, informó la empresa en la víspera.
Tras el anuncio, las acciones de la firma, que opera la principal aerolínea del país, llegaron a desplomarse el miércoles un 75.6%, a 90 centavos, un nuevo mínimo histórico, para culminar la jornada en 1.76 pesos.
Desde el 30 de junio de 2020, y a causa de la pandemia de COVID-19, Aeroméxico entró a un proceso voluntario de reestructura financiera bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrotas de Estados Unidos con el objetivo de fortalecer su posición financiera y de liquidez, con lo cual, por una parte, podía negociar sus adeudos manteniendo sus operaciones en marcha, con el margen de poder contar con nuevos recursos que le ayudaran a levantarse de la crisis.
En este proceso, obtuvo un financiamiento preferencial garantizado (o DIP Financing) por 1,000 millones de dólares (mdd) que la aerolínea solicitó el 13 de agosto de 2020, que fue otorgado por el fondo de inversiones Apollo Global Management en dos tramos: el primero, por 200 mdd, y el segundo por 800 mdd.
Entre las condiciones que implicaba el DIP Financing, destacaba un eventual aumento de capital para la conversión del segundo tramo en acciones de Aeroméxico una vez que fuera reestructurada. Sin embargo, esta opción implicaba que el ‘pedazo’ que los accionistas tenían en Aeroméxico se hiciera más pequeño.
Para ello, se pedía llegar a un convenio con los accionistas que representaban en aquel momento 75% del capital de la aerolínea –incluyendo a la aerolínea estadounidense Delta Air Lines, que tenía una participación de 49% en la mexicana–, para que no vendieran sus acciones durante la reestructura de la aerolínea, con lo cual se anticipaba que los accionistas serían diluidos, y su participación restante sería “muy limitada”, advertía Aeroméxico.
“Después del correspondiente aumento de capital, los actuales accionistas se diluirán casi por completo, de modo que su participación accionaria restante probablemente sea mínima (si la hubiera)”, informó la aerolínea en un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
¿Qué sigue para la aerolínea?
Tras la aprobación de la Corte de las cartas de compromiso de capital y deuda de financiamiento de salida, la Corte de Quiebras estableció una audiencia de confirmación del plan para el 18 de enero. De ahí y, mientras se define una fecha para la próxima asamblea de accionistas, se deberán obtener los votos necesarios para dar luz verde al plan de reorganización, a más tardar para el 28 de febrero de 2022, y que deberá ser ratificado por la juez de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Shelley Chapman.
(Con información de Juan Tolentino Morales)