La sacudida fue notoria en un inicio. El rublo borró la mitad de las ganancias que acumulaba en el año al cierre de marzo. Pasó de cotizar 73.74 unidades por dólar en diciembre a 112.09 rublos rusos por dólar en marzo, de acuerdo con datos del Banco Central de Suecia.
Los pronósticos pesimistas para la divisa rusa se acumularon de inmediato. La institución financiera JP Morgan pronosticaba que el tipo de cambio promediaría 105 rublos rusos por dólar. Sin embargo, en menos de un mes, el rublo ruso sacudió esas pérdidas. Al cierre del 27 de abril, el tipo de cambio cotizó en 73.73 unidades, tocando mínimos no vistos desde diciembre de 2021. Incluso, en esa misma fecha, la divisa rusa tocó niveles no vistos desde marzo de 2020 frente al euro.
Claro que hay que tener cautela al ver estas cotizaciones. A decir de analistas, estas cifras no necesariamente reflejan la fortaleza de la moneda ni de la economía rusa, pues el mercado interno de divisas está siendo intervenido.
“La imposibilidad de una libre flotación ha hecho que sea más fácil de manipular”, dijo Luis Gonzali, codirector de inversiones del gestor de activos Franklin Templeton. “No refleja lo que está realmente pasando”, añadió.
En gran medida estos argumentos se reflejan en las tácticas impulsadas por el Kremlin para apuntalar el valor de su divisa. Una de ellas ocurrió el 28 de febrero pasado cuando el Banco de Rusia elevó la tasa de interés hasta un 20%. Hasta el 27 de abril y previo a la siguiente decisión monetaria, la tasa de referencia se ubicó en 17%, luego de “estabilizar” el sistema financiero, según dijo el banco central ruso.
Pero no fue la única medida. El banco central también disuadió la compra de divisas elevando las comisiones de manera temporal. Además de controles de capitales y la prohibición de que inversionistas extranjeros puedan deshacerse de activos de compañías rusas ni de bonos. Algunas de esas medidas se han suavizado, sobre todo para el intercambio de divisas, pero aún las transacciones están topadas.
Aunque, probablemente, uno de los factores para sostener la cotización del rublo ruso que ha llamado más la atención es la advertencia que lanzó el presidente ruso, Vladimir Putin, hacia sus principales compradores de gas natural: el pago del gas será en rublos y no en dólares ni en euros. Polonia y Bulgaria fueron dos de los primeros países en Europa en sufrir las consecuencias de no pagar las importaciones rusas en rublos. El gigante energético ruso Gazprom les notificó a estas naciones que interrumpiría la distribución del gas a partir del miércoles.
Si bien todas estas medidas hacen ver al rublo ruso como una divisa que desafía las leyes de la gravedad, no necesariamente se refleja en el largo plazo. Desde que Rusia inició su estrategia bélica en 2014 e invadió Crimea, el rublo ruso ha pagado el precio de las sanciones. En diciembre de 2013, la cotización se ubicó en 32.92 unidades por dólar. Para enero de 2015, un año después de la invasión rusa, esa misma cotización se duplicó. Y de ahí en adelante, el rublo no ha logrado recuperar ese nivel previo a la incursión militar.