El oro ante la inflación y el alza del dólar
El oro, al igual que cualquier otro activo que cotiza en el mercado, es susceptible a múltiples factores. En los últimos meses (quizá) lo que más ha estado moviendo el pulso de los inversionistas es la inflación.
A nivel mundial, los precios se han disparado como no se había visto en varias décadas: la inflación de Estados Unidos en junio fue de 9.1%, la más alta en 40 años; la de la zona euro fue de 8.6%, un récord desde la creación del euro. Y México no se queda atrás, aquí la inflación llegó a 7.99%, un máximo en 21 años.
Para tratar de controlar la inflación, los bancos centrales han decidido endurecer su política monetaria a través del aumento de sus tasas clave. Esto hace más caro al dinero, desincentivan el consumo y la inversión, lo que disminuye la demanda de bienes y servicios y, por ende, los precios tienden a bajar. ¿El problema? Esta política frena el crecimiento económico.
Con una recesión económica mundial tocando a la puerta y una inflación que no cede, los inversionistas han comenzado a apostar por el dólar, también considerado de refugio, que a su vez se ha visto impulsado por un aumento de la demanda de bonos del Tesoro, pues con el alza de tasas, estos instrumentos se vuelven atractivos.
El fortalecimiento del dólar y el alza de las tasas es lo que le ha pegado al oro en los últimos meses. Por un lado, un dólar más fuerte hace más caro al oro para los tenedores de otras monedas. Por otro lado, el alza de la tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos le resta atractivo al oro, los inversionistas se van por los bonos del Tesoro, también activos seguros y que, ahora, están dando mejores rendimiento.