“Las presiones a la baja se dieron ante el temor de una menor demanda mundial por petróleo, debido a los crecientes riesgos de recesión en Europa, así como la desaceleración económica en China, donde las importaciones de petróleo cayeron 9.4% anual en agosto. Por su parte, el cierre del gasoducto Nord Stream 1 ha aumentado la probabilidad de que se observe una recesión en la Eurozona, acelerada por la crisis energética”, dijo Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.
No obstante, la Unión Europea propuso limitar el gas ruso sólo unas horas más tarde, aumentando el riesgo de racionamiento en algunos de los países más ricos del mundo este invierno boreal.
El barril obtuvo cierto apoyo tras la amenaza el miércoles del presidente ruso, Vladimir Putin, de detener las exportaciones de petróleo y gas si los compradores europeos imponen límites de precios.
"La interrupción de la liberación de la SPR (reserva estratégica de petróleo) de Estados Unidos, junto con la aplicación de un embargo de la UE sobre el crudo ruso, tienen los ingredientes de una crisis de suministro mundial este invierno (boreal)", dijo Stephen Brennock, analista de PVM.
Las expectativas de reducción de los inventarios petroleros estadounidenses también contribuían a esta situación. Se espera que las existencias hayan caído por cuarta semana consecutiva, con una disminución estimada de 733,000 barriles en la semana hasta el 2 de septiembre, según un sondeo preliminar de Reuters realizado el martes.
A pesar de la inminente escasez de suministro, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, un grupo conocido como OPEP+, decidieron recortar la producción en 100,000 barriles diarios en octubre.