El petróleo extendía pérdidas después de caer más de 5 dólares por barril en la madrugada de este miércoles, aunque los precios obtenían respaldo por datos de la industria que mostraron que las existencias de combustible de Estados Unidos declinaron más de lo esperado.
Las elevadas tasas de interés de los bancos centrales impactan de manera importante la demanda de combustible, ya que el principal objetivo es limitar el consumo, entre ellos, el petróleo. Además a ello se suma la preocupación sobre el impacto que pueda tener el enfriamiento de la economía sobre la demanda del energético.
“El precio del crudo ha bajado debido a las preocupaciones de los inversionistas sobre el mal estado del economía mundial, señales bajistas de demanda de petróleo de la OPEP y mayores restricciones para frenar el covid-19 en China. Los temores de una política monetaria más estricta pesan sobre el crecimiento y China sigue adelante con su estrategia Covid Zero”, dijeron analistas de Hammerstone Markets.
Por la mañana, el reporte de la OPEP arrojó que el mercado del petróleo registrará un pequeño superávit de 400,000 barriles diarios en 2022, mucho menos de lo previsto antes, según fuentes de la organización, debido a la menor producción de los miembros del grupo. Sin embargo, la OPEP se dijo estar dispuesta a recortar la extracción en un contexto de volatilidad del mercado de futuros, impulsado por la escasa liquidez y la desconexión con los mercados físicos, según dijo la semana pasada el ministro saudí de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman.
Otro factor importante para los precios de petróleo se dio cuando Rusia detuvo el suministro de gas a través de un importante gasoducto a Europa por tres días de mantenimiento, en medio de temores de que no lo reanude, lo que se suma a las preocupaciones sobre el racionamiento de energía en los meses de invierno en algunos de los países más ricos de la región.
La mezcla mexicana cerró el 30 de agosto en un precio de 88.65 dólares por barril, lo que significó una caída de 9.8% mensual, al seguir con la misma tendencia con sus pares en Estados Unidos y Reino Unido.
"Las presiones a la baja siguen estando relacionadas con las preocupaciones en torno a la actividad económica, sobre todo ante el incremento en la tasa de referencia en Estados Unidos, que puede llevar a la economía a desacelerarse, mientras que, se teme que la economía de Europa caiga en recesión ante la crisis energética", dijo Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.
Añadió que se espera que persista la volatilidad ya que continúa la escasez de la oferta, así como los riesgos internacionales, entre ellos la posibilidad de una recesión global, las presiones inflacionarias, las restricciones a la movilidad en China y la guerra en Ucrania.