Con ambos bonos se captaron 8,500 mdp, con una demanda global de 9,702 mdp, es decir, 1.14 veces el monto emitido.
Con estos recursos, detalló el comunicado, se utilizarán para promover la inversión de proyectos productivos que puedan mejorar la resiliencia de los productores y cadenas de valor en el sector agropecuario y el medio rural, buscando reducir el riesgo y la vulnerabilidad a fin de que puedan perdurar frente a los cambios en el clima.
FIRA, junto con la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), y el Global Green Growth Institute y UKPact México, identificó 88 tipos de proyectos de inversión relacionados con el aumento de las condiciones de resiliencia a vulnerabilidades o riesgos ocasionados por el cambio climático en el sector alimentario y el medio rural.
Dichos proyectos se dividieron en dos dimensiones: absorción y adaptación, a partir de lo cual ordenaron y jerarquizaron los que FIRA podrá financiar a partir de los recursos obtenidos con la emisión del Bono de Resiliencia.
La definición de una taxonomía de los proyectos elegibles es importante, destacó Banxico en el comunicado, pues es un mecanismo metodológico que dota de claridad y seguridad a los inversionistas en el uso de los recursos provenientes de la emisión.
El Bono Verde de Resiliencia de FIRA es un mecanismo de inversión innovador en el mercado bursátil, que se suma a los esfuerzos del Gobierno Federal en coincidencia con la Estrategia de Movilización de Financiamiento Sostenible de la Secretaría de Hacienda, y acorde a la nueva Taxonomía Sostenible de México en lo que corresponde a proyectos de inversión en el sector alimentario.
El bono de FIRA fomenta la movilización de recursos hacia actividades que contribuyen al bienestar social y al cuidado del medio ambiente, en la tarea de crear y fortalecer un ecosistema financiero sostenible e inclusivo en el país.