El impacto en las acciones de una empresa debido a la entrada o salida de un director general depende de varios factores, uno de ellos es la anticipación del cambio. Cuando los inversionistas están evaluando el cambio, analizan en cuánto tiempo saldrá la persona directiva, si es un movimiento repentino o es una transición ordenada. “Este tipo de cosas, por lo general, tienen mucha importancia”, explicó Carlos Ponce, socio fundador de SNX Consultores.
Ernesto Bolio, profesor del área de Política de Empresa del IPADE, detalló que cuando el mercado ya ha descontado el cambio, es decir, cuando el sucesor ha sido identificado con antelación, el impacto tiende a ser más estable, pues los inversionistas ya han evaluado el trabajo y las capacidades del próximo director. Esto sucede, por ejemplo, cuando se promueve a una persona interna de la empresa, lo que sugiere continuidad en la estrategia.
Por el contrario, si proviene de fuera de la compañía, suele interpretarse como un cambio en la dirección estratégica. Esto genera mayor incertidumbre, lo que puede reflejarse en la volatilidad de las acciones. “Al mercado le gusta, muchas veces, que no haya sorpresas, que si hay un cambio, sea con tiempo, se avise, se vaya planifi cando y, sobre todo, que tengan reglas claras”, señaló Bolio.
La percepción del líder también es clave. “Si es alguien que lo ha hecho extraordinariamente bien, la noticia de que sale seguramente tendrá una implicación negativa en el precio. Si es el caso que no lo ha hecho, digamos, de la mejor manera, al momento de que sale, pues más bien el mercado premia. Tiene que ver también con quién es la nueva persona”, comentó Ponce.
Lo mismo ocurre con la trayectoria de quien llega. “En la medida en que un director o directora general tiene una solidez, una trayectoria probada en empresas públicas, esa credibilidad y esa confi anza en los inversionistas aumenta”, agregó Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG México.
La razón de la salida también pesa. Puede ser por retiro, porque la persona encontró una nueva oportunidad, por el término del contrato, por alguna controversia o porque no se está llegando a los resultados esperados. En estas dos últimas, la causa puede provocar mayor volatilidad en las acciones, especialmente, si no se transparenta y no se cuenta con un plan de sucesión bien establecido.
“Cuando hay directores generales que no están dando resultados, y que se empieza a resentir en el mercado, muchas veces, los mismos inversionistas comienzan a presionar para que haya un cambio en esa posición”, dijo Bolio.
Y es que el mercado exige resultados casi inmediatos. Si bien la persona que llega a la nueva posición tiene que ganarse la confianza del mercado, los primeros 100 días son cruciales para estabilizar las expectativas, señaló Segura. “En la medida en que el o la CEO sea visible, es decir, que esté en contacto con los medios, que realmente está presente en el top of mind, que esté en esos primeros anuncios de los resultados, brinda o rompe la confianza”, agregó.