En entrevista, Nur Cristiani, directora de Estrategia de Inversión para América Latina, dijo que ante esta debilidad del dólar, los inversionistas aún confían en la moneda, pero en lugar de invertir 70% en ella, acuden a mercados como el europeo o el japonés.
"Creemos que puede haber espacio para un rebalanceo en los portafolios globales, que no significa necesariamente ir contra el dólar, pero sí de una debilidad cíclica de la moneda", explicó Cristiani.
No es que la moneda haya perdido un atractivo, si se toma en cuenta que 60% de las reservas de los bancos centrales están en dólares, detalló. Solo que los inversionistas están reconfigurando el peso que le daban a Estados Unidos, versus otras regiones.
Para la experta, Japón ofrece un potencial importante desde hace dos o tres años por la mejora en la gobernanza corporativa de las empresas que cotizan en la Bolsa.
Comentó que aunque hay pocas empresas que son públicas, o que están listadas en la Bolsa, hay una participación cada vez mayor de fondos activistas tratando de tener mejoras en la gobernanza corporativa.
"Esto conlleva a rendimientos mejores y mayores márgenes para las empresas. Ese cambio, que es estructural en el mercado, ha detonado inversión", dijo.
Pero el atractivo no solo se queda en las empresas. El fenómeno de relocalización o nearshoring también tiene un papel relevante en Japón. Cristiani destacó que este país, además de México, es otro de los beneficiados de este modelo.
"El mercado se ha acompañado de un proceso de inversión en capital de las empresas de todo el mundo, no sólo las asiáticas, que buscan diversificar sus orígenes de producción hacia Japón", señaló.
La potencia económica asiática, que hasta hace pocos meses tenía una tasa de interés en un terreno negativo, ahora atrae inversión tras los últimos aumentos a la tasa de referencia, lo que conllevó a un aumento en la generación de empleo y mayor ahorro por parte de sus ciudadanos.
Además, las perspectivas económicas de Europa mejoraron a medida que los inversionistas se centran en los obstáculos para el crecimiento de Estados Unidos.
Europa busca la autosuficiencia en materia de seguridad, y Alemania está flexibilizando la presión fiscal en áreas largamente desatendidas, como la defensa y las infraestructuras.
"Este cambio radical podría impulsar el crecimiento anual de la eurozona a más del 1% este año y posiblemente hasta 1.5% en 2026", destacó el reporte.