El 2 de abril, el presidente Donald Trump decidió imponer aranceles recíprocos a decenas de países e incrementar estas tarifas hasta el 145% en el caso de China . Desde entonces, el dólar perdió 4.71% de su valor frente a las principales divisas y tocó su peor nivel desde el 29 de diciembre de 2023.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años subieron este lunes 11 puntos básicos hasta 4.91%, aumentos que se acumularon durante nueve semanas consecutivas y que reflejan un temor ante los efectos de largo plazo de la guerra comercial en el crecimiento económico.
"Los aranceles tendrían un efecto inicial especialmente adverso en Estados Unidos, se generan dudas importantes en temas de la magnitud de la caída de crecimiento económico, así como del incremento de inflación y todo ello con uno de los mayores déficits fiscales en la historia de ese país", explica Jaime Álvarez, vicepresidente de Inversiones de Skandia.
La subida de los rendimientos de los bonos implica que los tenedores de estos activos de renta fija pierden el valor de sus inversiones. En medio de un mercado bajista de la renta variable, los inversionistas minoristas se preguntan si el clásico portafolio 60/40 tiene todavía vigencia.
El principal índice accionario de Estados Unidos, S&P 500, cayó 9.04% desde la imposición de aranceles recíprocos de Trump. Las bolsas, desde Asia hasta Norteamérica, sufrieron descalabros casi a diario. En este contexto, un portafolio compuesto con 60% de acciones y 40% de renta fija parece carecer por completo de sentido. La reacción en cadena no se hizo esperar.
Al clima de volatilidad se sumó el riesgo de las operaciones de ‘basis trades’, estrategias utilizadas por fondos de cobertura que buscan aprovechar pequeñas diferencias de precio entre bonos del Tesoro, en el mercado al contado, y sus futuros.
“Para amplificar las ganancias de estas diferencias mínimas, los fondos usan apalancamiento extremo, llegando a veces a niveles de 50 a 100 veces el capital invertido. Sin embargo, cuando la volatilidad del mercado aumenta y los precios se mueven bruscamente, los prestamistas exigen más garantías, lo que obliga a los fondos a liquidar masivamente sus posiciones para conseguir liquidez”, indicó el experto de Skandia.
Una venta forzada de este tipo de bonos puede desestabilizar al sistema financiero internacional y la última vez que se observó fue durante el colapso de marzo de 2020, cuando la Reserva Federal intervino con compras masivas para evitar una crisis sistémica, en los inicios de la pandemia de Covid-19.
Este riesgo fue el que posiblemente llevó a Donald Trump a dar una prórroga de 90 días a los aranceles recíprocos y, más tarde, otorgar una exención a las importaciones de smartphones y computadoras.
¿China tiene un arma secreta en los bonos del Tesoro?
Además de los fondos que deshicieron sus posiciones de ‘basis trade’, el temor a que China, uno de los mayores tenedores de bonos del Tesoro, los venda masivamente, revivió. Aunque poco probable, una movida así desatará una crisis global.
No obstante, “el desvalorizar estos Tesoros de forma abrupta para desestabilizar el sector financiero norteamericano sería un arma de doble filo dado que al mismo tiempo se generaría una desvalorización de una parte aún relevante de las propias reservas internacionales chinas”, argumenta Jaime Álvarez.
Aún así, si los aranceles se mantienen, el impacto en la salida de capitales de la deuda estadounidense puede prolongarse, con consecuencias muy negativas para el déficit público del gobierno de Estados Unidos, pues el aumento de los intereses a pagar eleva el gasto público estructural.
El efecto extremo de un dólar débil
La caída del dólar dará lugar a efectos mixtos. Por un lado, impulsará a los sectores exportadores de Estados Unidos, lo cual dará mayores ingresos fiscales. Pero en un caso extremo, los países pasarán a reducir el uso del dólar en comercio o reservas -una de las mayores fortalezas de la hegemonía estadounidense-, ya que le da la capacidad de financiarse en su propia moneda. Al final esto solo implicará una cosa: mayores costos financieros en el largo plazo.
El oro mantiene su brillo como reserva de valor
El oro mantiene su estatus como principal activo para reserva de valor. El lunes superó los 3,400 dólares por onza y alcanzó máximos históricos. Al mismo tiempo, el dólar cayó a su nivel más bajo en tres años.
El metal precioso logró múltiples máximos históricos y ganó más de 700 dólares desde principios de 2025. Otros metales mantienen un avance significativo: la onza de plata alcanzó los 32.60 dólares.
El ejecutivo de Skandia también resalta instrumentos de deuda de corto plazo, como fondos de inversión, activos privados relacionados con infraestructura y bienes raíces. Pero recuerda tener en cuenta que es importante hacer los análisis adecuados, de la mano de un experto.