El riesgo país de México, medido a través del Credit Default Swap (CDS) a cinco años, alcanzó su nivel más bajo en lo que va de 2025 el 13 de agosto, al cerrar en 96 puntos base, después de haber tocado un máximo de 159 puntos base el 8 de abril, algo solo comparable con situaciones críticas como lo fue la pandemia.
El repunte de abril respondió a la incertidumbre generada por la política arancelaria de Donald Trump hacia México, que elevó las primas de riesgo al amenazar con paralizar la plataforma de exportación mexicana.
Sin embargo, en los últimos meses, la firma de treguas comerciales y señales de estabilidad fiscal pusieron al país entre los más confiables de los mercados emergentes para los inversionistas.
Factores detrás de la recuperación
De acuerdo con un análisis de Monex, la caída en el CDS estuvo ligada a factores internacionales y domésticos. En el plano externo, el acuerdo arancelario entre Estados Unidos y China del 12 de mayo redujo las tensiones comerciales y elevó la expectativa de crecimiento global.
A ello se sumó la extensión de la tregua por 90 días, lo que permitió que México consolidara una participación récord de 16.9% en las importaciones estadounidenses, reforzando su papel como socio estratégico.
Adicionalmente, México goza de un trato privilegiado en la guerra comercial emprendida por Donald Trump. Ya que a la fecha, las importaciones desde México en Estados Unidos pagan una tarifa efectiva promedio de 11%, frente al 13% de Canadá o el 18% de China, según explicó Alejandro Saldaña, economista en jefe de Banco Ve por Más, durante una conferencia sobre perspectivas de mitad de año.
En el ámbito interno, la mejora en la calificación crediticia de Pemex por parte de Fitch contribuyó a reducir los temores sobre la sostenibilidad de la deuda soberana mexicana, mientras que el país logró sostener estabilidad macroeconómica a pesar de la desaceleración global.
El peso de la estabilidad fiscal
El verdadero soporte de la caída en el CDS radica en la disciplina fiscal del México, según opina Ramsé Gutiérrez, vicepresidente de Franklin Templeton México.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público , al segundo trimestre de 2025, "los balances fiscales mostraron un desempeño mejor al previsto en el programa. El déficit presupuestario fue 192,000 millones de pesos, menor al programado, mientras que el superávit primario fue 172,000 millones de pesos, superior al calendario".
“Las amenazas arancelarias de Estados Unidos han ido desvaneciéndose, pero el verdadero peso está en la estabilidad macroeconómica de México y en la disciplina fiscal que empieza a caracterizar a la actual administración. De cara al resto de 2025, el paquete económico de septiembre, la evolución del déficit y la confianza en el sector energético serán determinantes en la percepción de riesgo país”, señaló Gutiérrez.
No obstante, el especialista advierte que los inversionistas deben vigilar tres frentes:
-Fiscal: detalles del paquete económico de septiembre, en particular las proyecciones de ingresos, deuda y gasto social.
-Externo: movimientos en tasas de interés globales, especialmente de la Reserva Federal, que impactan en el apetito por deuda emergente.
-Corporativo/petrolero: noticias sobre Pemex y su capacidad de refinanciamiento.
Perspectiva de largo plazo
Por su parte, Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Bx+, señala que los CDS se encuentran ya en niveles cercanos a su promedio histórico, lo que refleja solidez relativa frente a otros países emergentes.
“Es consistente con un país que mantiene solidez macroeconómica y que es visto como socio estratégico de largo plazo por Estados Unidos. Aunque puede haber episodios de volatilidad, lo más probable es que los CDS se mantengan cercanos a su promedio histórico”, explica.