Rousseff utiliza su último recurso para evitar el juicio político
Dilma Rousseff jugó este martes su última carta para mantenerse como mandataria de Brasil, al realizar una petición al Supremo Tribunal Federal un día antes de que el Senado decida si enfrentará un juicio político por incumplir las leyes presupuestarias del país.
La Abogacía General de la Unión de Brasil informó que Eduardo Cardozo, abogado del gobierno, pidió al Supremo Tribunal que anule el proceso de juicio político.
La petitoria sería la última esperanza de la presidenta para impedir que avance el juicio en su contra, pues si una mayoría simple del pleno del Senado aprueba el proceso este miércoles, el vicepresidente Michel Temer asumiría el cargo de mandatario interino.
El lunes el presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Waldir Maranhao, había pedido anular la votación sobre el proceso, argumentando fallas en el procedimiento.
La marcha atrás de Maranhao el martes tras su inesperada decisión de la víspera, cuando argumentó fallas de procedimiento, finalmente allanó el camino para que el Senado siga adelante el miércoles con la votación que definirá si se inicia o no el juicio político, tal como estaba previsto.
Horas más tarde, el presidente del Senado, Renan Calheiros, dijo que Maranhao estaba "jugando con la democracia" y prometió que la Cámara alta decidiría sobre el asunto el miércoles. La votación se realizaría tras una sesión repleta de discursos de distintos senadores.
Ante un panorama sombrío que parece vaticinar el fin de 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de izquierda, al que pertenece Rousseff, seguidores de la presidenta bloquearon las calles y prendieron fuego a neumáticos en manifestaciones en Sao Paulo, Brasilia y otras ciudades.
Sindicatos y el propio PT convocaron a una huelga nacional para resistir lo que califican como un "golpe de Estado" contra la democracia.
"La presidenta Dilma (Rousseff) está decidida a defender la Constitución porque ella fue elegida por el pueblo, y apelará ante el Senado, el Tribunal Supremo y la sociedad brasileña", dijo el ministro de Trabajo, Miguel Rossetto.
La decisión de Maranhao el lunes de anular la votación de abril de la Cámara baja había provocado un desplome de los mercados brasileños. Pero el martes, el real y el índice Bovespa se fortalecían, en un reflejo de la expectativa de los inversores de que un nuevo Gobierno sea más afín al mercado.
Días decisivos para la vida política
Los opositores a Rousseff tienen más de los 41 votos necesarios para iniciar el juicio político en la Cámara alta y confían en que llegarán a 54, o dos tercios del Senado, para poner fin al mandato de la presidenta en un proceso que podría durar hasta seis meses.
Si pierde la votación del miércoles, Rousseff será informada el jueves por el Senado. En ese momento, la suspendida presidenta deberá dejar el Palacio de Planalto, pero podrá seguir viviendo en la residencia presidencial durante el juicio.
En cuanto Rousseff sea notificada, Temer asumiría el poder.
La presidenta ha negado con vehemencia haber cometido un delito que justifique un juicio político y prometió defenderse con todas las armas legales posibles.