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Donald Trump pone a Estados Unidos en modo 'belicoso'

En sus primeros seis meses de gobierno, el presidente estadounidense ha incrementado las operaciones del ejército contra ISIS y otros grupos terroristas, incluso más que su antecesor, Barack Obama
mar 18 julio 2017 06:00 AM
La intensificación ha producido algunos beneficios
La intensificación ha producido algunos beneficios EU ha establecido una presencia militar más sólida y activa en Somalia, Yemen, Irak, Siria y Afganistán. (Foto: JASON REED/REUTERS)

En los primeros seis meses del mandato del presidente estadounidense, Donald Trump, Estados Unidos ha incrementado las operaciones militares en lugares problemáticos de todo el mundo y se está preparando para hacer más.

El intensificado conflicto militar se extiende desde Europa a través de África y Oriente Medio hasta el sur de Asia y marca un contraste llamativo con la visión de 'Estados Unidos primero', que Trump presentó como candidato. Algunos de estos aumentos se iniciaron bajo la presidencia de Barack Obama, pero Trump los ha continuado y en muchos casos ha llegado a impulsarlos.

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Estados Unidos ha establecido una presencia militar más sólida y activa en Somalia, Yemen, Irak, Siria y Afganistán y está preparado para involucrarse más en Libia. Ha enviado más tropas a Europa y tiene como objetivo aumentar el gasto militar allí. En Asia, Trump está considerando respuestas —que incluyen opciones militares— a la agresiva persecución de Corea del Norte con respecto a armas nucleares y potencial de misiles que incluyen opciones militares.

La escalada marca una clara diferencia respecto a las declaraciones de la campaña de Trump de que Estados Unidos ya no puede permitirse ser el policía del mundo, su cuestionamiento de alianzas estadounidenses y su rechazo a la política exterior de su entonces rival de campaña, la demócrata Hillary Clinton.

La intensificación ha producido algunos beneficios, entre ellos el anuncio del viernes del sonado ataque de dron del 'emir', el cual acabó con una rama del peligroso grupo ISIS en Afganistán. En abril pasado, Trump ganó elogios bipartidistas por su orden de lanzar misiles Tomahawk contra Siria en represalia por un ataque con armas químicas.

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Pero ha habido reveses, incluyendo preocupaciones por el aumento de las bajas civiles y en enero pasado, la muerte de un equipo de Navy SEAL (Mar, Aire y Tierra de la Armada de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) en una incursión en Yemen. También hay cada vez más preguntas sobre si la fuerte dependencia de la fuerza militar constituye una estrategia.

El cambio de Trump en el combate militar extranjero marca el reconocimiento de duras realidades globales, dicen los analistas. Pero también refleja su fuerte confianza en el Pentágono y una marginación del Departamento de Estado, el cual ofrece herramientas más variadas y a largo plazo para enfrentar el terrorismo y las tensiones geopolíticas.

“Lo que estás viendo ahora, en muchos frentes diferentes, es un énfasis acelerado en la estrategia contra el terrorismo”, dijo Aaron David Miller, vicepresidente del Wilson Center.

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Los analistas añaden que el cambio de Trump también pone al descubierto la diferencia entre ser un vendedor en la campaña electoral, utilizando el tono que le garantizará la venta, y las restricciones más sobrias que vienen con el cargo de comandante en jefe.

“La retórica de la campaña de Trump fue diseñada en gran parte para que lo eligieran”, dijo James Carafano, analista de seguridad nacional de la Heritage Foundation. “Puedes decir lo que quieras en la campaña electoral, pero cuando eres presidente tienes que lidiar con el mundo tal como es”.

Carafano, quien fungió como asesor del equipo de transición de Trump, argumenta que la política exterior que está tomando forma es un reflejo más preciso de la visión del mundo del presidente que la visión aislacionista que proyectó como candidato.

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"Fundamentalmente, Trump es un realista y tiene valores que son consistentes con los intereses estadounidenses", dijo Carafano. “Cuando digo ‘Estados Unidos primero’, significa que mi trabajo es defender los intereses vitales de Estados Unidos, y ninguno de esos intereses vitales se puede proteger aquí en Estados Unidos, casi todos ellos requieren un trabajo desplegado”.

Ciertamente, el número de tropas estadounidenses estacionadas en el extranjero se ha incrementado desde la toma de posesión de Trump, junto con una mayor frecuencia de incursiones en puntos problemáticos.

En Europa, el número de tropas estadounidenses ha aumentado bajo el gobierno de Trump como parte de la presencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este, con nuevos batallones en Polonia y los países bálticos. Obama tomó esa decisión, pero Trump ha duplicado el gasto pidiendo un aumento de 1,400 millones de dólares para el gasto en defensa de la European Reassurance Initiative, que ha incrementado la presencia de seguridad de Estados Unidos en Europa, para llegar a un total de casi 4,800 millones de dólares.

En Medio Oriente, donde el gobierno ha identificado la lucha contra ISIS como una prioridad de política exterior, ha surgido como un punto focal. En marzo pasado, el Pentágono dijo que enviaría 2,500 tropas adicionales a Kuwait para esperar un posible despliegue a Irak o Siria para respaldar a las fuerzas locales en su lucha contra el grupo terrorista.

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En abril pasado, después de que Trump otorgara la autoridad de fijar los niveles de tropas en Siria e Irak al secretario de Defensa James Mattis, el Pentágono anunció que 400 tropas adicionales serían enviadas al norte de Siria en lo que se describió como duplicar el personal en ese lugar. Alrededor de 300 paracaidistas fueron enviados a Irak, donde los niveles de tropas rondaban las 5,000 unidades.

Ese mismo mes, el Pentágono lanzó la 'Madre de todas las bombas' , la mayor bomba no nuclear del ejército, para apuntar a un sistema de túneles usado por combatientes que reclaman lealtad a ISIS y a Al Qaeda. En junio pasado, el Pentágono anunció que enviaría entre 3,000 y 5,000 soldados adicionales para unirse a los más de 8,000 soldados que ya están allí.

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En el Cuerno de África, el gobierno de Trump ha aumentado el número de ataques aéreos contra una filial de Al Qaeda en Yemen, llevando a cabo más de 80 golpes contra Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP, por sus siglas en inglés) desde febrero, dos veces más que todos los realizados en 2016.

Los Navy SEALs también han llevado a cabo dos incursiones en Yemen, una en enero pasado que resultó en la muerte del principal oficial subalterno William 'Ryan' Owens y supuestamente de varios civiles. La segunda incursión anunciada, en mayo pasado, fue la más profunda realizada en el país por parte de las fuerzas estadounidenses que lucharon contra AQAP y provoco la muerte de siete de sus combatientes.

En otra parte del Cuerno de África, el gobierno está enviando tropas convencionales a Somalia por primera vez desde 1994 para ayudar en la lucha contra el aliado de Al Qaeda, al-Shabab. En abril pasado, Trump también le dio al Departamento de Defensa autoridad ampliada para llevar a cabo golpes militares en el país.

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En Libia, Barbara Starr, de CNN, ha informado que el gobierno está considerando una nueva política que podría ampliar significativamente la participación de Estados Unidos, incluyendo el despliegue de hasta 50 fuerzas de operaciones especiales y la reapertura de la embajada de Estados Unidos.

La Casa Blanca también está considerando restablecer una presencia en Benghazi y un centro de coordinación para algunas fuerzas estadounidenses y funcionarios libios, para facilitar el intercambio de inteligencia contra el terrorismo.

Miller, del Wilson Center, no ve el aumento de las operaciones como “un movimiento lento de la misión o la apertura de dieciséis nuevos frentes”. En lugar de eso, dijo, “lo que Mattis ha hecho, ha sido extremadamente cuidadoso y extremadamente deliberado”, y que Trump, a pesar de toda su agitación en la campaña electoral, sólo es selectivamente disruptivo cuando se trata de política exterior.

Señaló el frecuente refrán de Trump de que los países de la OTAN deben gastar más en defensa, un tema que Obama y el presidente George W. Bush enfatizaron. “Es un semidisruptor de la OTAN”, dijo Miller, “pero el resto sigue siendo bastante convencional”.

Barbara Starr de CNN contribuyó a este reporte.

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