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El temor del equipo de Trump, robarle reflectores

Pence se apresuró a desmentir un artículo del NYT sobre la campaña “en la sombra” entre republicanos -por si el presidente no decide ir por un segundo mandato- ante el posible ‘tratamiento Sessions’.
mar 08 agosto 2017 06:33 AM
La reacción
La reacción Pence dijo que la nota del New York Times era "ofensiva para mí, mi familia y todo nuestro equipo”. (Foto: Reuters/Stevo Vasiljevic)

The New York Times publicó un artículo durante el fin de semana que detalla la campaña “en la sombra” en curso entre los republicanos ambiciosos que se prepararán por si acaso el presidente Donald Trump no se postula para un segundo mandato en 2020.

El artículo menciona que la agenda del vicepresidente Mike Pence está tan llena de eventos políticos que los republicanos bromean que está actuando más como un vicepresidente de segundo mandato, con la esperanza de abrirse paso, que como un segundo al mando que fue jurado en su cargo hace poco más de seis meses.

Y que Pence —según sus colaboradores— se está asegurando de ser el primero en la lista si Trump se retira: “Varios asesores del Sr. Pence ya han dado a entender a los donantes del partido que él planearía postularse si Trump no lo hiciera”, escribieron los periodistas del Times Jonathan Martin y Alex Burns.

OPINIÓN: Les guste o no, Donald Trump es reponsabilidad de los republicanos

En reacción a la historia, Pence —y esto no es exageración— se volvió loco. Publicó una declaración a través de la oficina del vicepresidente insistiendo en que la historia del Times era “vergonzosa y ofensiva para mí, mi familia y todo nuestro equipo”.

También calificó de “ridículo y absurdo” que él esté haciendo algo respecto a 2020, aparte de trabajar para asegurar que Trump obtenga un segundo mandato.

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La reacción de Pence fue mucho más agresiva que la de otros mencionados en el artículo —los senadores Tom Cotton de Arkansas y Ben Sasse de Nebraska, así como el gobernador de Ohio, John Kasich— para sentar las bases necesarias por si Trump sale después de un solo mandato. (Esta podría ser una conversación sin sentido, debido a que Trump insiste en que se postulará para 2020 y que ya ha recaudado cerca de 17 millones de dólares para su campaña de reelección.)

La reacción (exagerada) de Pence plantea una simple pregunta: ¿Por qué?

Y la respuesta comienza con “Donald” y termina con “Trump”.

Las fortunas políticas de Pence están cien por ciento vinculadas a Trump. Ha sido así desde el día en que el entonces gobernador de Indiana dijo “sí” a la oferta de Trump de compartir la boleta electoral. Ese día, Pence se convirtió en un extraño para la clase dirigente del Partido Republicano que todavía estaba muy recelosa de la idea de Trump como candidato del partido.

Ve: Estudiantes se retiran de su ceremonia de graduación, en protesta contra Pence

Este distanciamiento ha continuado desde que Trump se convirtió en presidente. Pence ha sido un aliado indiscutible de Trump a cada paso, al insistir en que el presidente sabe exactamente lo que está haciendo; y al ignorar o refutar las críticas dirigidas a Trump por muchas de las personas con las que Pence alguna vez trabajó. (Recordemos que Pence era un miembro del liderazgo republicano de la Cámara de Representantes antes de abandonarla para postularse para ser gobernador en 2012).

Pence, en otras palabras, apuesta completamente a Trump. Su camino para convertirse en presidente es ser el candidato aprobado por Trump, el heredero del movimiento que Trump construyó durante la campaña de 2016. Y para hacer eso, Pence debe asegurarse por completo de que jamás hay ninguna distancia entre él y el presidente.

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Es doblemente importante que nadie sea capaz de deslizar una sospecha entre Pence y el presidente porque el presidente es Donald Trump.

Trump está siempre vigilando para asegurarse de que nadie en su mundo está eclipsándolo, o siquiera tratando de hacerlo. El pecado imperdonable en el mundo de Trump no es decir o hacer cosas impolíticas, sino aparentar que no se es completamente leal.

Es por eso que una historia como la del domingo en el Times es tan potencialmente perjudicial para Pence. Pence sabe que Trump lee el Times; es el diario que llega a su casa y el que más le importa. Y Pence sabe que si parece estar de alguna manera, modo o forma preparándose para estar listo en 2020, Trump lo tratará como un paria. (Ese tratamiento probablemente debería ser renombrado “El tratamiento Sessions”.)

Y por lo tanto, Pence sigue en actitud de ofensa: publicando un rechazo total y completo para asegurarse de que tan pronto como Trump lea, vea o escuche sobre la historia, el presidente también lea, vea o escuche la negación de Pence.

La audiencia de Pence para esta declaración es solo una persona: el tipo que se sienta en la Oficina Oval. Y es lo suficientemente inteligente como para entender que esa es la única opinión que realmente importa para su futuro político.

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