Trump ve en Davos la oportunidad de probar a sus enemigos que están equivocados
A primera vista, se trata de una reunión de élites globales que se reunió, ¡nada menos que en Suiza! No parecería el tipo de público con el que el presidente Donald Trump quisiera tratar.
Después de todo, Trump pasó la totalidad de su campaña en 2016 prometiendo poner a “América primero” y “Hacer a América grande otra vez”. Ha seguido una agenda similar en la Casa Blanca, insistiendo en que los acuerdos comerciales internacionales que involucran a Estados Unidos necesitan ser reexaminados y se retiró del Acuerdo de París
Sin embargo, Trump, y varios de sus asesores más importantes, están en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en Davos, Suiza, una visita que culminará este viernes por la mañana cuando Trump se dirija a los delegados.
¿Por qué?
Simple… y psicológico.
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Recordemos que la visión de Trump en el mundo, los lentes con los cuales ve todo, solo se enfocan al exterior: Su padre era un importante promotor inmobiliario en Queens, no en Manhattan. Cuando el propio Trump llevó el negocio a Manhattan, las viejas élites del dinero en la ciudad nunca aceptaron a este joven temerario. Cuando Trump llegó a Washington en 2011 pensando en postularse para presidente, el mundo político se rió de él.
Para Trump, Davos es otro club que nunca lo quiso, pero que ahora no puede rechazarlo. Es una oportunidad para burlar a la élite global por el hecho de haber ganado (a pesar de que todos pensaban que era una broma) y de que su mensaje de “América primero” está funcionando, como lo demuestra el crecimiento del mercado de valores, las empresas en movimiento y los trabajos de vuelta a Estados Unidos.
Las posibilidades de que el presidente de EU mencione en su discurso algún comentario espinoso es poco probable. El planteamiento se enfocaría en que "América primero", que no significa "Solamente América".
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Pero se trata de Trump, por lo que un comentario independiente fuera del discurso original, especialmente cuando sabe que tiene los ojos del mundo sobre él, es una posibilidad-
El punto: no hay nada que a Trump le guste más que probar a sus 'enemigos' que están equivocados. Y hay pocos lugares en el mundo donde todos sus detractores podrían estar reunidos y ese lugar es Davos. En otras palabras: ¡cuidado!
