El papa dice que quien paga por sexo es “un criminal” y “tortura” a la mujer

“Pienso en el asco que deben sentir estas mujeres cuando estos hombres les hacen hacer cualquier cosa”, señaló el pontífice refiriéndose a la trata de personas.
Papa Durante un encuentro con jóvenes, Francisco señaló que la explotación sexual es "la esclavitud de hoy".

El papa Francisco, durante una reunión con jóvenes que participan en la reunión presinodal del Sínodo de los Obispos, condenó a quienes pagan por sexo, calificándolos de criminales y de torturar a la mujer.

“Pienso en el asco que deben sentir estas mujeres cuando estos hombres les hacen hacer cualquier cosa”, expresó el papa Francisco el lunes refiriéndose a la trata de personas, como reportó la agencia de noticias católica ACI Prensa.

“Si un joven tiene esta costumbre, es un criminal. Quien hace esto es un criminal. Esto no es hacer el amor, esto es torturar a una mujer”, aseveró el pontífice.

Su rechazo no se quedó ahí. Luego de oír la pregunta de una mujer nigeriana que fue víctima de trata de personas y de explotación sexual, Francisco se refirió a esta actividad como la “esclavitud de hoy”.

En ese sentido, indicó que la esclavitud sexual no es otra cosa sino “un crimen contra la humanidad, un delito contra la humanidad, y nace de una mentalidad enferma”.

También se refirió al hecho de que quienes participan en la victimización a estas mujeres son personas bautizadas. “Creo que aquí en Italia, el 90% de los ‘clientes’ son bautizados, son católicos”, sostuvo.

En la conversación con los jóvenes, el jerarca católico se refirió a la educación y al bullying, o acoso. Señaló que hay “estructuras escolares donde se crece mucho en conocimientos, pero donde se pierde la capacidad de asombrarse, la capacidad de estupor”.

Por eso recomendó a aprender a pensar bien, a buscar con el pensamiento y “hacer el lenguaje del corazón”, así como la importancia a “aprender a sentir bien”. Según él, el bullying es “un problema de no saber sentir bien. (Hay que) educar el sentimiento”.

Por último se refirió a la preparación para el sacerdocio e indicó que es necesario que el sacerdote sea un testigo de Cristo, pues de lo contrario “hace mucho mal. Se equivoca, desorienta a la gente…, hace mal”.

Y recordó que la “la verdadera formación religiosa en la vida consagrada debe tener cuatro pilares: formación en la vida espiritual, formación en la vida intelectual, formación en la vida comunitaria y formación en la vida apostólica”.

Eso sí, aclaró que dichos pilares también son válidos para los laicos: “Es importante educar en toda la potencialidad sin anular, sin sobreproteger, porque uno se convierte en psicológicamente inmaduro”.