Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

La apuesta de Donald Trump por Kim Jong Un se tambalea

La diplomacia estadounidense en Corea del Norte está atrapada en un callejón sin salida y con cada vez más dificultades.
jue 30 agosto 2018 06:01 AM
Trump
Trump. La semana pasada el presidente repentinamente ordenó a su secretario de Estado no hacer una cuarta visita a Pyongyang, lo que generó más confusión sobre la situación diplomática.

WASHINGTON (CNN)- El presidente estadounidense Donald Trump asumió un enorme riesgo al celebrar una cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un, y al anunciarla como un sorprendente éxito capaz de cambiar la historia.

Ahora, con la diplomacia con Pyongyang en un callejón sin salida y las tensiones en aumento, podría ser hora de pagar por esa apuesta.

El mundo aún no ha vuelto a la política arriesgada y la retórica de “fuego y furia” entre Trump y el aislado Estado que despertó los temores de un descenso hacia una la guerra, el año pasado.

Lee: Corea del Norte advierte a EU sobre riesgo de que la negociación nuclear fracase

Pero si la creciente angustia entre Estados Unidos y Corea del Norte se convierte en una fractura más permanente de la iniciativa diplomática que culminó con la cumbre de junio entre el republicano y Kim en Singapur, los temores de un conflicto que podría matar a millones en la Península Coreana podrían regresar.

Además de los riesgos humanos y geopolíticos, Trump enfrentaría una aguda vergüenza política y personal si el prestigio que ha invertido en el proceso resulta ser en vano. Y los líderes republicanos, deseosos de pintarlo como un estadista al acercarse las inminentes elecciones intermedias, podrían convertirse en daños colaterales.

Publicidad

Pero la falta de progreso alarma a líderes experimentados de política exterior de Washington, y podría ser un resultado directo de la falta de compromisos férreos obtenidos por el presidente en Singapur.

“Creo que estamos de vuelta en un momento muy tenso”, dijo el martes David Petraeus, exgeneral de la guerra de Irak y director de la CIA, en el programa New Day de CNN.

Recomendamos: EU pone fin a la suspensión de ejercicios militares en la península coreana

“Creo, francamente, que la declaración que se logró cuando el presidente [Trump] y el presidente Kim se reunieron fue probablemente más vaga de lo que uno hubiera esperado. La desnuclearización no significa lo mismo para nosotros que para ellos”, apuntó.

Las semanas desde la cumbre han puesto a prueba la credibilidad diplomática de Trump.

Desde que el presidente regresó a casa de Singapur alardeando de haber eliminado la amenaza nuclear de Corea del Norte, Kim ha dado pocos pasos significativos hacia la desnuclearización.

El gobierno del país asiático parece avanzar con la producción de misiles y material nuclear y no ha dado información sobre sus programas de armas, lo cual sería la base de cualquier proceso significativo de desarme.

La semana pasada, Trump repentinamente ordenó al secretario de Estado, Mike Pompeo, no hacer una cuarta visita a Pyongyang , lo que generó más confusión sobre la situación diplomática.

CNN informó que Corea del Norte había enviado al gobierno estadounidense una carta donde advertía que la diplomacia “podría desmoronarse”.

El documento, que fue reportado por primera vez por el Washington Post, dejó el proceso diplomático junto a un precipicio y acercó al presidente a un punto de decisión sobre si aumentar la presión política y militar contra Kim u ofrecer concesiones para salir del punto muerto.

Los últimos acontecimientos también han puesto a Trump en una posición política difícil, a medida que los críticos argumentan que su ingenuidad de celebrar una cumbre sin condiciones previas, en ausencia de un proceso diplomático planificado, y con un enemigo despiadado e ingenioso, ha fracasado.

“Uno de los problemas es que este gobierno no parece querer recordar la historia. Esta es la quinta vez que hemos estado en negociaciones sobre armas nucleares con Corea del Norte, y el baile ha sido prácticamente el mismo cada vez”, dijo el senador independiente de Maine Angus King el martes en New Day de CNN.

La senadora demócrata de Nueva Hampshire Jeanne Shaheen dijo que el bache diplomático “muestra la falta de preparación del presidente antes de la reunión”.

OPINIÓN: Kim Jong Un se gana a otros países y Trump no lo detiene

Las críticas tienen al gobierno a la defensiva.

“Este será un proceso difícil, pero sigue yendo en la dirección correcta”, insistió el martes la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley.

Ponen a prueba mensaje optimista de la Casa Blanca

Sin embargo, la cambiante política de la apertura diplomática de Corea del Norte deja abierta la cuestión de cuánto tiempo será sostenible el argumento del gobierno de que ha detenido las pruebas nucleares y de misiles de Pyongyang y que ganado el retorno de los restos de soldados estadounidenses muertos en la Guerra de Corea.

Después de todo, aunque esas concesiones de Corea del Norte son bienvenidas, es obvio que los fundamentos de la amenaza —el arsenal de armas atómicas y misiles de Pyongyang— no han cambiado fundamentalmente.

A medida que la situación se deteriora y mientras aparentemente intenta aislarse del daño político, Trump ha recurrido a culpar a China por relajar su política sobre Corea del Norte como una táctica para aumentar la presión sobre Estados Unidos en una guerra comercial en curso.

Tras la cancelación de la visita de Pompeo, el secretario de Defensa, James Mattis, se negó el martes a comprometerse a extender la suspensión de maniobras militares anuales entre Corea del Sur y Estados Unidos, una concesión que Trump hizo en la cumbre de Singapur y que conmocionó a su propio gobierno.

El gobierno, aunque señaló que no levantó las sanciones contra Corea del Norte, parece tratar de recortar el apalancamiento que Trump cedió al reunirse con Kim, un gran gasto de capital diplomático debido a que el aislado Estado ha buscado durante décadas un reconocimiento equitativo con Estados Unidos en el escenario global.

Lee: Corea del Norte y China discuten un "nuevo futuro" y desnuclearización

La diplomacia estancada deja a Trump con una serie de preguntas determinantes.

¿Está la cumbre de Singapur ahora expuesta como un fracaso total y un error desastroso por parte del presidente? ¿Ha vuelto Estados Unidos a un camino inevitable hacia la confrontación con Kim? ¿Pagará Trump un precio político por asegurar a los estadounidenses que resolvió la crisis nuclear en unas pocas horas en Singapur? ¿Y cuáles son los puntos conflictivos que podrían llevar a ambas partes hacia la confrontación?

El problema con evaluar lo que sucederá a continuación es que el enfoque del gobierno sobre Corea del Norte es casi tan inescrutable como las maniobras que surgen del estado más cerrado del mundo.

Es imposible saber si Kim le da la espalda a la diplomacia o trata de comportarse agresivamente con Trump sabiendo que tiene un prestigio sustancial invertido en el proceso.

Desde el lado estadounidense no está claro qué ofrecieron Trump y su equipo a los norcoreanos en las conversaciones, y si están abiertos a un proceso recíproco para avanzar hacia el reconocimiento estadounidense de Corea del Norte y hacia un tratado de paz para terminar la Guerra de Corea a cambio de avances en la desnuclearización.

Sin ese enfoque —que en el pasado ha sido visto con escepticismo por funcionarios como el consejero de seguridad nacional, John Bolton— las significativas concesiones de Corea del Norte parecen poco probables, y el antagonismo a través del Pacífico parece destinado a dispararse.

Línea abierta para Kim

Lo que está claro es que Trump, en parte por un deseo de evitar una sorpresa autoproducida en octubre en forma de una súbita crisis de seguridad nacional en la Península de Corea antes de las elecciones de mitad de periodo, todavía tiene un fuerte incentivo para mantener viva la diplomacia. Al suspender el viaje de Pompeo, puso al descubierto la farsa de Kim.

Pero en un tuit el viernes, el presidente también trató de no echar atrás lo que dijo efusivamente en junio que era un vínculo cálido y personal con el tirano norcoreano.

“Me gustaría enviar mis más cordiales saludos y respeto al presidente Kim. ¡Espero verlo pronto!”, tuiteó Trump.

OPINIÓN: Irán no es Corea del Norte

Por muy poco ortodoxo que sea, esa relación entre los dos líderes podría ser un comodín con la capacidad de evitar una caída hacia la confrontación abierta.

Ese fue el caso en junio y parece serlo ahora que ambos hombres tienen fuertes incentivos políticos y diplomáticos para mantener sus canales abiertos, y eso solo significa que la decisión de Trump de celebrar una cumbre, a pesar de las feroces críticas, aún podría dar sus frutos.

“Esta fue una estrategia no tradicional, pero a veces las estrategias no tradicionales funcionan”, dijo Jim Walsh, un experto en diplomacia nuclear de Corea del Norte en el Programa de Estudios de Seguridad del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Walsh argumentó que siempre fue poco realista pensar que Corea del Norte se arrojaría a merced de Estados Unidos al prescindir unilateralmente de su arsenal nuclear.

Tal vez el mayor riesgo de una escalada se encuentra en la naturaleza impulsiva y espinosa de Kim y Trump.

Trump es notoriamente sensible a los desaires y golpes contra su imagen o a la sensación de que sus logros no son respetados. Por lo tanto, será crucial para Kim —al buscar aprovechar la necesidad de avances de Trump— no presionar demasiado al presidente ni darle la impresión de que se aprovecha de él.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad